Full Serrano se jerarquizó en el césped de San Isidro
La pista de césped del Hipódromo de San Isidro fue escenario del Clásico Tresiete (L-2000 metros), que tuvo en Full Serrano (Full Mast) a un brillante vencedor. El defensor de la stud/haras Gran Muñeca, que venía en franca evolución, tuvo un gran aliado en su jockey, Brian Enrique.
Es que el “Picante” no lo apuró en momento alguno del desarrollo. Lo trajo tercero durante casi todo el opuesto, lo puso segundo poco antes de pisar el codo y al ingresar a la recta de las definiciones lo puso a correr de lleno.
A 250 metros de la línea de sentencia le dio caza al tordillo Preston Boss (Holy Boss), que había marcado el camino desde el inicio y de ahí hasta el disco no tuvo dificultades para contener la furibunda atropellada de Epityrum (Portal del Alto), que finalmente lo escoltó desde dos cuerpos y medio tras 2’10/100.
Cuarta victoria para el pupilo de Diego Peña, primera dentro del terreno jerárquico al que había accedido recién en su última presentación, cuando llegó tercero de Tooru (Lizard Island) en el Clásico Embrujo (L-1600 metros).
El alargue le vino fenómeno –había corrido una sola y mal en la distancia cuando era ganador singular- y parece que encontró “su” lugar en la pista de césped de San Isidro, donde se impuso por primera vez tras tres victorias en el Argentino.
Dio el salto de calidad y le auguramos un muy buen 2024 por la imagen que dejó en la tarde del miércoles.
La pista de césped del Hipódromo de San Isidro fue escenario del Clásico Tresiete (L-2000 metros), que tuvo en Full Serrano (Full Mast) a un brillante vencedor. El defensor de la stud/haras Gran Muñeca, que venía en franca evolución, tuvo un gran aliado en su jockey, Brian Enrique.
Es que el “Picante” no lo apuró en momento alguno del desarrollo. Lo trajo tercero durante casi todo el opuesto, lo puso segundo poco antes de pisar el codo y al ingresar a la recta de las definiciones lo puso a correr de lleno.
A 250 metros de la línea de sentencia le dio caza al tordillo Preston Boss (Holy Boss), que había marcado el camino desde el inicio y de ahí hasta el disco no tuvo dificultades para contener la furibunda atropellada de Epityrum (Portal del Alto), que finalmente lo escoltó desde dos cuerpos y medio tras 2’10/100.
Cuarta victoria para el pupilo de Diego Peña, primera dentro del terreno jerárquico al que había accedido recién en su última presentación, cuando llegó tercero de Tooru (Lizard Island) en el Clásico Embrujo (L-1600 metros).
El alargue le vino fenómeno –había corrido una sola y mal en la distancia cuando era ganador singular- y parece que encontró “su” lugar en la pista de césped de San Isidro, donde se impuso por primera vez tras tres victorias en el Argentino.
Dio el salto de calidad y le auguramos un muy buen 2024 por la imagen que dejó en la tarde del miércoles.
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