NO AL CIERRE!!! del Hipódromo Córdoba. EL TURF ES TRABAJO.
Hace meses que el Hipódromo Córdoba se encuentra en el ojo de la tormenta, el primer “sacudón” fue pocos días antes de la disputa del mítico Clásico San Jerónimo, donde el Jockey Club Córdoba lanzó un comunicado arbitrariospendiendo todo tipo de actividad turfística en el predio por un accidente que sucedió en la mañana de vareo. Luego de algunos reclamos y tal vez por el “peso” de la reunión, esa jornada pudo desarrollarse con normalidad, pese a que se veía venir un gran problema. Pasó poco más de un mes del último San Jerónimo, y el panorama del Hipódromo está cada vez más oscuro por decisiones de la directiva del Jockey Club, entidad que maneja al circo hípico. En la actualidad la decisión del Presidente del JC, y su Comisión Directiva, es que el Hipódromo Córdoba no tenga más carreras y que simplemente pase a ser una pista de vareo, algo absolutamente aberrante, hablando de un lugar con tanta historia, significado deportivo y también cultural dentro de nuestra provincia. Se realizaron varias reuniones entre propietarios socios del Jockey Club y directivos, pero el saldo nunca termina de ser positivo, dado a que se encuentran férreos en la decisión de cerrar el Hipódromo, algo en lo que se trabajó durante añares y nunca pudieron concretar del todo, pese a que fueron vendiéndolo por partes al predio que ocupa dentro de las instalaciones del Jockey Club Córdoba (tierras donadas para realizar turf en sus inicios durante el 1887 aproximadamente).
Primero se había dicho que querían eximir la actividad de su entidad privada, sin costo alguno, para que no los alcance un impuesto que les hace tributar millonarias sumas. Pero ahora con la aparición de los primeros cuatro candidatos a tomar el Hipódromo y su red de agencias, la institución de General Paz y Colón no lo cedería sin costo alguno, sino que quieren realizar un alquiler oneroso según rumores, al punto que sea muy complicado de cumplir, para que el turf siga “bajo tierra” y con una muerta actividad deportiva de carreras dominicales. Incongruencia total, ya que primero se quería eximirlo simplemente para no tributar, y ahora buscarán recibir algún canón bajo condiciones complicadas, y si eso no sucede, dejarlo inactivo, seguramente esperando que la gente sola se canse y retire de las instalaciones. Esto es de máxima preocupación dado a la gran cantidad de personas que quedaría sin trabajo, no solo los que trabajan de manera presencial todos los días del año en el Hipódromo, sino también todos los que componen la actividad, y todos los actores de la provincia, dado a que reunión tras reunión vienen a participar de distintos puntos del país al icónico escenario. Cabe consignar que también dejaría sin trabajo a un nutrido grupo de empleados de la institución.
El momento es crítico, tal vez como nunca en la historia, la máxima esperanza es que un privado se haga cargo (si lo dejan) del Hipódromo y así comenzar a trabajar como corresponde, pero la realidad es que la fijación por cerrarlo parece un poco más grande, como si un simple caballo de carreras y la gente que lo acompaña hiciera un daño irreparable dentro de un club gigante, que se formó con el fin de fomentar la raza caballar, pero el estatuto está en el olvido.
Hace meses que el Hipódromo Córdoba se encuentra en el ojo de la tormenta, el primer “sacudón” fue pocos días antes de la disputa del mítico Clásico San Jerónimo, donde el Jockey Club Córdoba lanzó un comunicado arbitrariospendiendo todo tipo de actividad turfística en el predio por un accidente que sucedió en la mañana de vareo. Luego de algunos reclamos y tal vez por el “peso” de la reunión, esa jornada pudo desarrollarse con normalidad, pese a que se veía venir un gran problema. Pasó poco más de un mes del último San Jerónimo, y el panorama del Hipódromo está cada vez más oscuro por decisiones de la directiva del Jockey Club, entidad que maneja al circo hípico. En la actualidad la decisión del Presidente del JC, y su Comisión Directiva, es que el Hipódromo Córdoba no tenga más carreras y que simplemente pase a ser una pista de vareo, algo absolutamente aberrante, hablando de un lugar con tanta historia, significado deportivo y también cultural dentro de nuestra provincia. Se realizaron varias reuniones entre propietarios socios del Jockey Club y directivos, pero el saldo nunca termina de ser positivo, dado a que se encuentran férreos en la decisión de cerrar el Hipódromo, algo en lo que se trabajó durante añares y nunca pudieron concretar del todo, pese a que fueron vendiéndolo por partes al predio que ocupa dentro de las instalaciones del Jockey Club Córdoba (tierras donadas para realizar turf en sus inicios durante el 1887 aproximadamente).
Primero se había dicho que querían eximir la actividad de su entidad privada, sin costo alguno, para que no los alcance un impuesto que les hace tributar millonarias sumas. Pero ahora con la aparición de los primeros cuatro candidatos a tomar el Hipódromo y su red de agencias, la institución de General Paz y Colón no lo cedería sin costo alguno, sino que quieren realizar un alquiler oneroso según rumores, al punto que sea muy complicado de cumplir, para que el turf siga “bajo tierra” y con una muerta actividad deportiva de carreras dominicales. Incongruencia total, ya que primero se quería eximirlo simplemente para no tributar, y ahora buscarán recibir algún canón bajo condiciones complicadas, y si eso no sucede, dejarlo inactivo, seguramente esperando que la gente sola se canse y retire de las instalaciones. Esto es de máxima preocupación dado a la gran cantidad de personas que quedaría sin trabajo, no solo los que trabajan de manera presencial todos los días del año en el Hipódromo, sino también todos los que componen la actividad, y todos los actores de la provincia, dado a que reunión tras reunión vienen a participar de distintos puntos del país al icónico escenario. Cabe consignar que también dejaría sin trabajo a un nutrido grupo de empleados de la institución.
El momento es crítico, tal vez como nunca en la historia, la máxima esperanza es que un privado se haga cargo (si lo dejan) del Hipódromo y así comenzar a trabajar como corresponde, pero la realidad es que la fijación por cerrarlo parece un poco más grande, como si un simple caballo de carreras y la gente que lo acompaña hiciera un daño irreparable dentro de un club gigante, que se formó con el fin de fomentar la raza caballar, pero el estatuto está en el olvido.
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