GOLDEN SIXTY fue certero en su remate, llevándose la HONG KONG GOLD CUP (G1).
Por una cabeza, como el famoso tango de Gardel, el Campeón que entrena FRANCIS LUI se impuso, en un emocionante final, en la HONG KONG GOLD CUP (G1, 2000m, grama, HK$ 12.000.000), derrotando a su “archi-rival” ROMANTIC WARRIOR por 2ª vez consecutiva en los últimos 30 días, haciéndose de los 2 primeros pasos de la Triple Corona.
Pocas cosas le faltan por lograr al castrado Golden Sixty (15, Medaglia d’Oro en Gaudeamus, por Distoted Humor) en la hípica de Hong Kong. Sin embargo, su extraordinaria calidad le pone en el camino a cada salida nuevos retos. Esta vez Golden Sixty, manteniéndose sin derrotas en 2023 (de 2-2), suma triunfos en los dos primeros pasos de Triple Corona de Hong Kong, al vencer en cerrado final a su “archi-rival”, el castrado irlandés Romantic Warrior (18, Acclamation en Folk Melody, por Street Cry), en la Hong Kong Gold Cup (G1, 2000m, grama, 1:59.98), la prueba central de este domingo, 26 de febrero, en Sha Tin.
Las dos estrellas del hipismo de Hong Kong, corrieron “calmados” durante toda la primera parte del trayecto, dejando al castrado neozelandés Money Catcher (17, Ferlax en Warren’s Sister, por Savabeel) hacer la punta sin problemas, mientras ellos desde el tercero y el quinto puestos, esperaban la recta final para poner en juego sus estrategias. Sin embargo, al llegar a la recta final, luego de cubrir parciales de 26.00 (400m), 49.36 (800m), 1:12.55 (1200m) y 1:35.84 (1600m), el puntero se puso duro y evidenció que no era ningún “conejito”. Atacado por Romantic Warrior desde inicios de la recta final, Money Catcher se opuso a ser desplazado con gallardía, mientras que Golden Sixty, aceleraba su paso en busca de ambos. Apenas en los 200m finales, Romantic Warrior logró dominar e intentó concretar el triunfo. Sin embargo, Golden Sixty, aún por mucho que descontar a 150m para el final, puso el corazón en su atropellada y le desplazó un “poquito” antes de la meta, ya pasados los 50m finales. Gran carrera de ambos, que terminaron separados “por una cabeza”, como cantaba Gardel.
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