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jueves, 20 de enero de 2022

ARGENTINA

Roberto Nicolás Coz entrena en los ratos libres a Empiric Twice, yegua que fue donada por su criador para una causa benéfica y con la cual ganó el premio El Centauro el jueves 13 en Palermo.
Las carreras de caballos no son sólo eso, y detrás de cada sangre pura hay una historia para contar. Como la increíble que tiene como protagonista a Roberto Nicolás Coz, de 46 años, y a Empiric Twice (Emperor Richard), cuidador y yegua que el jueves pasado en Palermo se sacaron la foto en el Handicap El Centauro, precisamente en el debut jerárquico de la representante del stud El Tambito.
Y el nombre de la caballeriza alude justamente al principal medio de vida de Coz, porque el entrenador tiene un tambo con 60 vacas lecheras que producen la materia prima para la fabricación de muzzarella. Nico, como lo conoce la gente en Azul, también hace quesos para la venta. Y cuando termina con esa tarea se ocupa de su pasión, que es el entrenamiento de los únicos dos ejemplares que actualmente tiene a su cargo. "Arranco con el tambo a las 5 de la mañana, y a las 9 cuando termino voy para el stud de Héctor Losardo, quien me alquila los boxes donde tengo alojados a mis dos caballos. Por suerte tengo unos muchachos que me los atienden hasta que yo llego", cuenta quien también cuida a El Del Medio (Aspire), que ganó el sábado último en Azul.
Empiric Twice es una yegua que obtuvo de un modo poco convencional. "La gané en una rifa que se hizo en el Hipódromo de Azul y que era para ayudar a una chica que debía realizarse una operación. Por suerte, la chica pudo operarse y quienes compramos los números pudimos ayudar", recuerda Coz la manera en que se hizo de la zaina criada por el haras Santa Sofía, el criador que la donó para un fin muy noble.
Lo que jamás se hubiese imaginado Coz es que la nieta materna de Put It Back lo conduciría hasta el Hipódromo de Palermo para ganar su carrera más importante como entrenador, la cual de todas maneras, reconoce, jamás creyó que podría ganar. "La anoté porque otro amigo de Azul, Claudio Bonzkewitzz, ese día llevó a correr a My Freud. Y por más que venía de correr bastante bien la categoría frente a La Canadienne, otra yegua buena de Azul, en verdad no me imaginé que podía ganar el Handicap y mucho menos ganarle a Elcisa (Angiolo). Me conformaba con el bono de $ 20.000 que da Palermo para salvar el viaje", reconoce sobre los motivos del estreno jerárquico de su pupila.
Pero para sorpresa del entrenador y propietario -comparte la propiedad con sus primos Santiago y Juan Pablo, quien además la domó-, y para la de la gran mayoría que se inclinó por la gran favorita Elcisa, Empiric Twice logró una victoria espectacular sobre el mismo disco, por media cabeza y media cabeza sobre Mensageira-Iguassu (Mensageiro Alado) y la citada Elcisa. "Mi hermano Gustavo salió corriendo cuando cruzaron el disco y yo pensé que había entrado tercera, lo cual para mí ya era un triunfo; pero resuelta la bandera verde se determinó que habíamos ganado. Fue una emoción muy grande", asegura quien tiene el tambo a 700 metros del stud donde se alojan sus caballos.
Llamó la atención que, tras cruzar el disco, Jorge Peralta, jockey de la ganadora, y Roberto Torres, jinete de la escolta, se dieran la mano. "Es que a mi yegua debía correrla Roberto, pero como tenía compromiso con la yegua pampeana se la ofrecí a Jorgito, que es un amigo", explicó Coz.
Decidido a seguir aunando trabajo y pasión, el cuidador reconoce: "Puedo cuidar los caballos que tengo porque son muy mansos. Yo improviso, entreno a partir de lo que aprendí de entrenadores como Pedro Eyeherabide o Marcelo Medina, a quien le vareaba los caballos después de cumplir mi turno nocturno en una fábrica de cerámicos".
Y ahora que Empiric Twice irrumpió victoriosa en el nivel de jerarquía deberá seguir animando ese tipo de carreras, aunque Ricardo es consciente de que hasta acá con la velocista ya hizo realidad un sueño que ni él mismo tal vez se hubiese animado a soñar, como es el de ganar un cotejo jerárquico en Palermo. ¡Y con una yegua ganada en una rifa! Sólo el maravilloso mundo de las carreras de caballos es capaz de gestar historias como ésta.

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