SIN CARRERAS
En medio del silencio de las autoridades del hipódromo de La Plata, cuyo último comunicado relacionado a sus programas fue la cancelación de la jornada del domingo pasado, lo que hizo mucho ruido este martes al mediodía fue la movilización de centenares de trabajadores de la industria hacia la Gobernación de la Provincia de Buenos Aires. Dado que el Bosque está bajo la órbita y la desidia de la Lotería Provincial, ése fue el destino elegido para elevar un petitorio por el regreso de las carreras, la anulación de suspensiones insólitas a seis jockeys y la recuperación de las instalaciones.
De hecho, este martes debía concretarse una fecha en la pista platense, pero lo único que se anunció previamente fue la apertura de la tesorería entre las 10 y las 12, coincidiendo con el horario de la marcha convocada y de la que participaron, incluso, empleados del hipódromo. Estos trabajadores expresaron su preocupación por el estado en el que deben realizar sus tareas y citaron ejemplos de la precariedad en la que está el predio, incluyendo la falta de baños, de elementos de primera necesidad y una situación muy tirante con la Administración, sin presencia de los gremios locales más representativos y sin pronunciaciones tampoco de la acéfala Comisión de Carreras.
Al llegar a la Gobernación, algunos referentes de la convocatoria presentaron una nota dirigida al gobernador Axel Kicillof, aunque éste se encuentra aislado en Chapadmalal por haber dado positivo de Covid. Entonces, la notificación le llegaría por intermedio de sus asesores a quien en plena campaña electoral para el cargo actual utilizó a parte de la actividad para las fotos, las sonrisas y las promesas. Luego, no sólo no se lo vio más, sino que quienes fueron designados para los cargos no tienen vínculo ni conocimientos de la actividad y tampoco se han rodeado de gente que les facilite el camino. Muchos temen, por algunos lazos con empresas vinculadas al juego, que este estado muy cercano al abandono que transita La Plata pueda ser un plan para cerrarlo o privatizarlo y ponerlo en manos de operadores de ese rubro. Sería una jugada política muy costosa.
Lo concreto es que no hay carreras desde el jueves pasado, no se armaron los programas de esta semana y recién a media tarde del martes se dice que se trabaja en la confección de los dos de la semana que viene, mientras se aguarda que las deudas con el sector informático se cancelen y pueda normalizarse eso, lo básico. En ese contexto, la denominada "Gran Familia del Turf Platense" solicitó "el inmediato relevamiento de la Administración y la Comisión de Carreras, porque son los únicos responsables de haber llevado al centenario hipódromo de la ciudad a una situación penosa y angustiante sin precedente".
Asimismo, se remarcó en el escrito que se llevó "el estado de abandono, el descuido de la pista y las canchas de vareo, la falta de mantenimiento en todas las instalaciones, la ausencia de maquinarias, el deterioro del cuarto de jockeys, los peligros con empalizadas reparadas con alambre, la demora en los pagos de premios y comisiones en perjuicio de profesionales, propietarios y personal de caballerizas, las irregularidades con el seguro de los jinetes, la deficiente iluminación, la prepotencia de las autoridades (...) y los problemas causados por la falta de programación, las suspensiones y el manoseo".
En rígidos términos, a la espera de respuestas, se lamenta que "la actividad se desangra, muchos propietarios abandonen o se lleven sus caballos a otros lados, y se pongan parches que hacen que las cosas sigan igual o peor". Así, el reclamo acompañado de caballos, maquinarias, bocinazos y una sonoridad que puso en situación de alerta a la ciudad, sin pasar nada inadvertido, cierra reclamando por "respuestas inmediatas para la normalización de la actividad".
De hecho, este martes debía concretarse una fecha en la pista platense, pero lo único que se anunció previamente fue la apertura de la tesorería entre las 10 y las 12, coincidiendo con el horario de la marcha convocada y de la que participaron, incluso, empleados del hipódromo. Estos trabajadores expresaron su preocupación por el estado en el que deben realizar sus tareas y citaron ejemplos de la precariedad en la que está el predio, incluyendo la falta de baños, de elementos de primera necesidad y una situación muy tirante con la Administración, sin presencia de los gremios locales más representativos y sin pronunciaciones tampoco de la acéfala Comisión de Carreras.
Al llegar a la Gobernación, algunos referentes de la convocatoria presentaron una nota dirigida al gobernador Axel Kicillof, aunque éste se encuentra aislado en Chapadmalal por haber dado positivo de Covid. Entonces, la notificación le llegaría por intermedio de sus asesores a quien en plena campaña electoral para el cargo actual utilizó a parte de la actividad para las fotos, las sonrisas y las promesas. Luego, no sólo no se lo vio más, sino que quienes fueron designados para los cargos no tienen vínculo ni conocimientos de la actividad y tampoco se han rodeado de gente que les facilite el camino. Muchos temen, por algunos lazos con empresas vinculadas al juego, que este estado muy cercano al abandono que transita La Plata pueda ser un plan para cerrarlo o privatizarlo y ponerlo en manos de operadores de ese rubro. Sería una jugada política muy costosa.
Lo concreto es que no hay carreras desde el jueves pasado, no se armaron los programas de esta semana y recién a media tarde del martes se dice que se trabaja en la confección de los dos de la semana que viene, mientras se aguarda que las deudas con el sector informático se cancelen y pueda normalizarse eso, lo básico. En ese contexto, la denominada "Gran Familia del Turf Platense" solicitó "el inmediato relevamiento de la Administración y la Comisión de Carreras, porque son los únicos responsables de haber llevado al centenario hipódromo de la ciudad a una situación penosa y angustiante sin precedente".
Asimismo, se remarcó en el escrito que se llevó "el estado de abandono, el descuido de la pista y las canchas de vareo, la falta de mantenimiento en todas las instalaciones, la ausencia de maquinarias, el deterioro del cuarto de jockeys, los peligros con empalizadas reparadas con alambre, la demora en los pagos de premios y comisiones en perjuicio de profesionales, propietarios y personal de caballerizas, las irregularidades con el seguro de los jinetes, la deficiente iluminación, la prepotencia de las autoridades (...) y los problemas causados por la falta de programación, las suspensiones y el manoseo".
En rígidos términos, a la espera de respuestas, se lamenta que "la actividad se desangra, muchos propietarios abandonen o se lleven sus caballos a otros lados, y se pongan parches que hacen que las cosas sigan igual o peor". Así, el reclamo acompañado de caballos, maquinarias, bocinazos y una sonoridad que puso en situación de alerta a la ciudad, sin pasar nada inadvertido, cierra reclamando por "respuestas inmediatas para la normalización de la actividad".
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