CHE CAPANGA por cuatro cuerpos gana el Clásico Buenos Aires (G3)
Todas las obligaciones corrían por cuenta de Che Capanga (Manipulator) en el Clásico Buenos Aires (G3), cotejo principal del Hipódromo Argentino de Palermo en una tarde de lunes en la que la alta temperatura estuvo impiadosa. Y el crédito del stud Chemecó hizo lo que debía hacer, se impuso con claridad, por cuatro cuerpos, y terminó agregándole a su cuenta 1.680.000 pesos sin sobresaltos.
Cuando un ejemplar como el criado por Patricio Francisco Losinno llega a una carrera como la que tuvo esta vez por delante, obviamente que se le exige todo. Es lógico que así sea por tratarse de un ganador de Grupo 1 en la milla -además fue 2º de Bouquet Key (Key Deputy) en el Gran Premio Palermo (G1)- que en la temporada anterior disputó el cetro de la especialidad. Su figura resaltaba claramente frente al grupo de cinco rivales que se le animaron sobre el césped porteño, un trazado desconocido para el zaino, pero que a la hora de la verdad no significó un obstáculo en el camino a la cuarta conquista jerárquica de su campaña.
En carrera, Che Capanga asumió la responsabilidad como debía, en principio ubicándose detrás de Guest Seattle (Seattle Fitz), que estuvo obligado a tomar el riesgo de correr adelante en una prueba en la que no había un puntero definido. Lo del de St. Nosotros fue una apuesta entendible con el objetivo de tratar de sorprender a un rival como el gran favorito, que era imbatible en el análisis previo. Y que finalmente también terminó siéndolo en la realidad.
William Pereyra cuidó los palos con el pupilo de Juan Franco Saldivia alternando el rol de perseguidor con Opiddum (Portal del Alto), que accionó a su flanco externo mientras que adelante Lautaro Balmaceda empujaba con alma y vida al vanguardista. Pero la comodidad con la que venía accionando Che Capanga desde la suelta hacía presagiar lo que sucedería en el final. Porque esos brazos de Pereyra, que se mantuvieron prácticamente estáticos la primera parte del cotejo conteniendo la energía del nieto materno de Orpen, se aflojaron apenas enfrentaron la recta y le dieron libertad. A partir de allí el ejemplar fue imparable.
Tan fácil, tan sencillo fue el remate de Che Capanga que Pereyra no necesitó de la fusta para que el elegido por la mayoría se desprendiera del resto y alcanzara el disco con una amplia y contundente diferencia de cuatro cuerpos, una vez que el reloj metropolitano se detuviera en 1m34s9/100.
Detrás del cómodo ganador llegaron las atropelladas en busca de un buen puesto, y el de escolta quedó en poder de ese viejo conocido llamado Joy Filoso (Fortify), el inoxidable veterano de la caballeriza Rubio´s que una vez más y merced a su avance se alzó con un placé de Grupo para engrosar una colección enorme. Opiddum prácticamente mantuvo su posición desde la largada y eso le permitió completar el podio a un cuerpo y medio del escolta.
Tras su muy buen quinto de Zillion Stars en el Gran Premio Joaquín S. de Anchorena (G1) en el césped de San Isidro, Che Capanga volvió a lo más alto del podio en un cotejo a medida y ratificó su intención de volver a discutir por la corona de la milla, tal como lo hizo en 2021. Capacidad para conquistarla es lo que le sobra al caballo que, por otra parte, es el segundo en conquistar este cotejo sin haber ganado previamente sobre pasto desde que la cita porteña comenzó a disputarse en 2013 en esa superficie.
"Había que demostrar que estábamos a la altura de las circunstancias por ser un caballo de Grupo 1 y se cumplió. Además, teníamos la incógnita de la cancha, porque el trazado de Palermo no es una cancha fácil. Su campaña destacada fue en la arena, pero venía de hacer una muy buena carrera en el Anchorena (en San Isidro), tras lo cual estaba la posibilidad de mandarlo al campo. Pero había quedado bien, y creímos que lo mejor era seguir adelante. Es un caballo noble, que sale a la pista y responde. Nos estamos divirtiendo con Che Capanga", describió Saldivia.
Todas las obligaciones corrían por cuenta de Che Capanga (Manipulator) en el Clásico Buenos Aires (G3), cotejo principal del Hipódromo Argentino de Palermo en una tarde de lunes en la que la alta temperatura estuvo impiadosa. Y el crédito del stud Chemecó hizo lo que debía hacer, se impuso con claridad, por cuatro cuerpos, y terminó agregándole a su cuenta 1.680.000 pesos sin sobresaltos.
Cuando un ejemplar como el criado por Patricio Francisco Losinno llega a una carrera como la que tuvo esta vez por delante, obviamente que se le exige todo. Es lógico que así sea por tratarse de un ganador de Grupo 1 en la milla -además fue 2º de Bouquet Key (Key Deputy) en el Gran Premio Palermo (G1)- que en la temporada anterior disputó el cetro de la especialidad. Su figura resaltaba claramente frente al grupo de cinco rivales que se le animaron sobre el césped porteño, un trazado desconocido para el zaino, pero que a la hora de la verdad no significó un obstáculo en el camino a la cuarta conquista jerárquica de su campaña.
En carrera, Che Capanga asumió la responsabilidad como debía, en principio ubicándose detrás de Guest Seattle (Seattle Fitz), que estuvo obligado a tomar el riesgo de correr adelante en una prueba en la que no había un puntero definido. Lo del de St. Nosotros fue una apuesta entendible con el objetivo de tratar de sorprender a un rival como el gran favorito, que era imbatible en el análisis previo. Y que finalmente también terminó siéndolo en la realidad.
William Pereyra cuidó los palos con el pupilo de Juan Franco Saldivia alternando el rol de perseguidor con Opiddum (Portal del Alto), que accionó a su flanco externo mientras que adelante Lautaro Balmaceda empujaba con alma y vida al vanguardista. Pero la comodidad con la que venía accionando Che Capanga desde la suelta hacía presagiar lo que sucedería en el final. Porque esos brazos de Pereyra, que se mantuvieron prácticamente estáticos la primera parte del cotejo conteniendo la energía del nieto materno de Orpen, se aflojaron apenas enfrentaron la recta y le dieron libertad. A partir de allí el ejemplar fue imparable.
Tan fácil, tan sencillo fue el remate de Che Capanga que Pereyra no necesitó de la fusta para que el elegido por la mayoría se desprendiera del resto y alcanzara el disco con una amplia y contundente diferencia de cuatro cuerpos, una vez que el reloj metropolitano se detuviera en 1m34s9/100.
Detrás del cómodo ganador llegaron las atropelladas en busca de un buen puesto, y el de escolta quedó en poder de ese viejo conocido llamado Joy Filoso (Fortify), el inoxidable veterano de la caballeriza Rubio´s que una vez más y merced a su avance se alzó con un placé de Grupo para engrosar una colección enorme. Opiddum prácticamente mantuvo su posición desde la largada y eso le permitió completar el podio a un cuerpo y medio del escolta.
Tras su muy buen quinto de Zillion Stars en el Gran Premio Joaquín S. de Anchorena (G1) en el césped de San Isidro, Che Capanga volvió a lo más alto del podio en un cotejo a medida y ratificó su intención de volver a discutir por la corona de la milla, tal como lo hizo en 2021. Capacidad para conquistarla es lo que le sobra al caballo que, por otra parte, es el segundo en conquistar este cotejo sin haber ganado previamente sobre pasto desde que la cita porteña comenzó a disputarse en 2013 en esa superficie.
"Había que demostrar que estábamos a la altura de las circunstancias por ser un caballo de Grupo 1 y se cumplió. Además, teníamos la incógnita de la cancha, porque el trazado de Palermo no es una cancha fácil. Su campaña destacada fue en la arena, pero venía de hacer una muy buena carrera en el Anchorena (en San Isidro), tras lo cual estaba la posibilidad de mandarlo al campo. Pero había quedado bien, y creímos que lo mejor era seguir adelante. Es un caballo noble, que sale a la pista y responde. Nos estamos divirtiendo con Che Capanga", describió Saldivia.
Cuando un ejemplar como el criado por Patricio Francisco Losinno llega a una carrera como la que tuvo esta vez por delante, obviamente que se le exige todo. Es lógico que así sea por tratarse de un ganador de Grupo 1 en la milla -además fue 2º de Bouquet Key (Key Deputy) en el Gran Premio Palermo (G1)- que en la temporada anterior disputó el cetro de la especialidad. Su figura resaltaba claramente frente al grupo de cinco rivales que se le animaron sobre el césped porteño, un trazado desconocido para el zaino, pero que a la hora de la verdad no significó un obstáculo en el camino a la cuarta conquista jerárquica de su campaña.
En carrera, Che Capanga asumió la responsabilidad como debía, en principio ubicándose detrás de Guest Seattle (Seattle Fitz), que estuvo obligado a tomar el riesgo de correr adelante en una prueba en la que no había un puntero definido. Lo del de St. Nosotros fue una apuesta entendible con el objetivo de tratar de sorprender a un rival como el gran favorito, que era imbatible en el análisis previo. Y que finalmente también terminó siéndolo en la realidad.
William Pereyra cuidó los palos con el pupilo de Juan Franco Saldivia alternando el rol de perseguidor con Opiddum (Portal del Alto), que accionó a su flanco externo mientras que adelante Lautaro Balmaceda empujaba con alma y vida al vanguardista. Pero la comodidad con la que venía accionando Che Capanga desde la suelta hacía presagiar lo que sucedería en el final. Porque esos brazos de Pereyra, que se mantuvieron prácticamente estáticos la primera parte del cotejo conteniendo la energía del nieto materno de Orpen, se aflojaron apenas enfrentaron la recta y le dieron libertad. A partir de allí el ejemplar fue imparable.
Tan fácil, tan sencillo fue el remate de Che Capanga que Pereyra no necesitó de la fusta para que el elegido por la mayoría se desprendiera del resto y alcanzara el disco con una amplia y contundente diferencia de cuatro cuerpos, una vez que el reloj metropolitano se detuviera en 1m34s9/100.
Detrás del cómodo ganador llegaron las atropelladas en busca de un buen puesto, y el de escolta quedó en poder de ese viejo conocido llamado Joy Filoso (Fortify), el inoxidable veterano de la caballeriza Rubio´s que una vez más y merced a su avance se alzó con un placé de Grupo para engrosar una colección enorme. Opiddum prácticamente mantuvo su posición desde la largada y eso le permitió completar el podio a un cuerpo y medio del escolta.
Tras su muy buen quinto de Zillion Stars en el Gran Premio Joaquín S. de Anchorena (G1) en el césped de San Isidro, Che Capanga volvió a lo más alto del podio en un cotejo a medida y ratificó su intención de volver a discutir por la corona de la milla, tal como lo hizo en 2021. Capacidad para conquistarla es lo que le sobra al caballo que, por otra parte, es el segundo en conquistar este cotejo sin haber ganado previamente sobre pasto desde que la cita porteña comenzó a disputarse en 2013 en esa superficie.
"Había que demostrar que estábamos a la altura de las circunstancias por ser un caballo de Grupo 1 y se cumplió. Además, teníamos la incógnita de la cancha, porque el trazado de Palermo no es una cancha fácil. Su campaña destacada fue en la arena, pero venía de hacer una muy buena carrera en el Anchorena (en San Isidro), tras lo cual estaba la posibilidad de mandarlo al campo. Pero había quedado bien, y creímos que lo mejor era seguir adelante. Es un caballo noble, que sale a la pista y responde. Nos estamos divirtiendo con Che Capanga", describió Saldivia.
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