Roberto Serjen, de manejar un camión a entrenar los sangre pura de carreraHay quienes aseguran que uno mismo es artífice de su propio destino, y el entrenador de caballos de carrera Roberto Javier Serjen puede dar cuenta de ello. Dueño de un camión con acoplado, durante 15 años trabajó para una empresa para la cual transportaba cemento, piedra y arena. Pero mientras llevaba a cabo esa tarea y gastaba kilómetros, en su cabeza cada vez ganaba con más fuerza la idea de convertirse en entrenador de caballos. Una profesión difícil y casi un arte. Un oficio que lo sedujo en su juventud, cada vez que iba con su papá, titular de la caballeriza Chyl, a visitar los caballos que él tenía en el stud.
Pero con los años esa pasión fue ganando más espacio en su corazón, decidió dejarla aflorar y de esa manera empezar a escribir él mismo su propio destino: "En 2015 y con Mario, mi hermano mayor, decidimos hacer el curso de asistente de entrenador con el doctor Carlos Carabajal. Fue una experiencia maravillosa por la cantidad de conocimientos que generosamente compartió con nosotros. En lo personal voy a estar eternamente agradecido con el doctor porque me brindó las herramientas básicas para que yo pudiera convertirme en cuidador de caballos de carrera".
Con esos conocimientos a cuestas, Serjen se animó a desempeñar una profesión que siempre la apasionó. "Empecé con un par de caballos y hoy tengo siete, que son de mi propiedad. Por ahora cuido sólo los míos y entreno en Azul, a cuyas autoridades les agradezco por la posibilidad de poder cuidar en este hipódromo tan lindo. Me los varea el galopador Gonzalo Aranda y Jorge Peralta los monta con montura. Los doctores Andrés Smetana y Mariela son quienes me atienden los caballos y mi herrador de confianza es el vasquito López", cuenta el profesional oriundo de Sierras Bayas, Olavarría, localidad ubicada a 50 kilómetros de donde hoy entrena.
La chaquetilla del stud Chyl es blanca y celeste, y es la que visten, entre otros ejemplares, el que actualmente es el niño mimado de Serjen: Sanson Greeley. Nada menos que el velocista que el sábado próximo participará en el Gran Premio Ciudad de Buenos Aires (G1), cita en el más alto nivel para los cultores de la máxima velocidad.
"Es una carrera brava en la que hay muy buenos caballos confirmados y muchos con chance de ganarla. Sanson Greeley va a correr muy bien esta carrera, pero más allá de la suerte que corra en lo personal estoy muy feliz de poder participar de un cotejo como éste y en un hipódromo imponente como el de Palermo", asegura el hombre de 52 años y papá de Zoe y María Pía, quienes están cursando sus estudios terciarios en La Plata, y quien desde el 5 de agostó de 2019 y hasta el 15 de marzo de 2021 compartió cuatro pesajes exitosos en Palermo con el hijo de Horse Greeley, entre los que se cuenta el Clásico Irlanda (G3).
Y tiene motivos para ilusionarse Serjen con el alazán que tuvo en una de sus derrotas su mayor logro, y fue cuando "apuró" al mismísimo Strategos (Zensational), por entonces camino a convertirse en monarca absoluto de la recta, en el Gran Premio Maipú. "Ese día parecía que le ganábamos, pero el tordillo mostró su clase y salió airoso. ¡Un fenómeno! Pero es cierto, si nos guiamos por ese antecedente, y porque el mío fue el que más cerca llegó del de Ojos Claros, da para ilusionarnos", concluyó quien pasó de camionero a entrenador de caballos de carrera, por supuesto, escribiendo su propio destino.
Hay quienes aseguran que uno mismo es artífice de su propio destino, y el entrenador de caballos de carrera Roberto Javier Serjen puede dar cuenta de ello. Dueño de un camión con acoplado, durante 15 años trabajó para una empresa para la cual transportaba cemento, piedra y arena. Pero mientras llevaba a cabo esa tarea y gastaba kilómetros, en su cabeza cada vez ganaba con más fuerza la idea de convertirse en entrenador de caballos. Una profesión difícil y casi un arte. Un oficio que lo sedujo en su juventud, cada vez que iba con su papá, titular de la caballeriza Chyl, a visitar los caballos que él tenía en el stud.
Pero con los años esa pasión fue ganando más espacio en su corazón, decidió dejarla aflorar y de esa manera empezar a escribir él mismo su propio destino: "En 2015 y con Mario, mi hermano mayor, decidimos hacer el curso de asistente de entrenador con el doctor Carlos Carabajal. Fue una experiencia maravillosa por la cantidad de conocimientos que generosamente compartió con nosotros. En lo personal voy a estar eternamente agradecido con el doctor porque me brindó las herramientas básicas para que yo pudiera convertirme en cuidador de caballos de carrera".
Con esos conocimientos a cuestas, Serjen se animó a desempeñar una profesión que siempre la apasionó. "Empecé con un par de caballos y hoy tengo siete, que son de mi propiedad. Por ahora cuido sólo los míos y entreno en Azul, a cuyas autoridades les agradezco por la posibilidad de poder cuidar en este hipódromo tan lindo. Me los varea el galopador Gonzalo Aranda y Jorge Peralta los monta con montura. Los doctores Andrés Smetana y Mariela son quienes me atienden los caballos y mi herrador de confianza es el vasquito López", cuenta el profesional oriundo de Sierras Bayas, Olavarría, localidad ubicada a 50 kilómetros de donde hoy entrena.
La chaquetilla del stud Chyl es blanca y celeste, y es la que visten, entre otros ejemplares, el que actualmente es el niño mimado de Serjen: Sanson Greeley. Nada menos que el velocista que el sábado próximo participará en el Gran Premio Ciudad de Buenos Aires (G1), cita en el más alto nivel para los cultores de la máxima velocidad.
"Es una carrera brava en la que hay muy buenos caballos confirmados y muchos con chance de ganarla. Sanson Greeley va a correr muy bien esta carrera, pero más allá de la suerte que corra en lo personal estoy muy feliz de poder participar de un cotejo como éste y en un hipódromo imponente como el de Palermo", asegura el hombre de 52 años y papá de Zoe y María Pía, quienes están cursando sus estudios terciarios en La Plata, y quien desde el 5 de agostó de 2019 y hasta el 15 de marzo de 2021 compartió cuatro pesajes exitosos en Palermo con el hijo de Horse Greeley, entre los que se cuenta el Clásico Irlanda (G3).
Y tiene motivos para ilusionarse Serjen con el alazán que tuvo en una de sus derrotas su mayor logro, y fue cuando "apuró" al mismísimo Strategos (Zensational), por entonces camino a convertirse en monarca absoluto de la recta, en el Gran Premio Maipú. "Ese día parecía que le ganábamos, pero el tordillo mostró su clase y salió airoso. ¡Un fenómeno! Pero es cierto, si nos guiamos por ese antecedente, y porque el mío fue el que más cerca llegó del de Ojos Claros, da para ilusionarnos", concluyó quien pasó de camionero a entrenador de caballos de carrera, por supuesto, escribiendo su propio destino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario