El regreso de SPRINGDOM tiene fechaEl mejor velocista de 2019 no compite desde su triunfo en el Clásico General Viamonte (G3), el 15 de febrero de 2020, y recuperado de una lesión en una cuerda, promete formar parte del Gran Premio Ciudad de Buenos Aires (G1) el 1° de mayo.
La noticia va a sacudir la estantería: Springdom (Sebi Halo) vuelve a la competencia en el Gran Premio Ciudad de Buenos Aires (G1-1000m) el 1º de mayo próximo en la gran reunión palermitana que tendrá como epicentro al Gran Premio República Argentina (G1).
Y va a sacudir la estantería principalmente de los allegados a los ejemplares que tomarán parte del internacional de la recta el Día del Trabajador, y que aspiran a hacerse de una de las principales pruebas de la especialidad con el objetivo de calzarse la corona de mejor velocista. Aquella que quedó vacante cuando el magnífico Strategos (Zensational), monarca indiscutido de la velocidad tras enhebrar los grandes premios Maipú (G1), Suipacha (G1) y Félix de Álzaga Unzué (G1) de 2020, se lanzó a la aventura de conquistar mayores distancias.
Porque, se sabe, con Springdom sano en las gateras, nada menos que el mejor velocista de 2019, las chances de ganar son limitadas. Es como enfrentar al Barcelona con o sin Messi. El caballo logró la consagración al adjudicarse el Álzaga Unzué (G1) el 14 de diciembre de 2019 -antes había llegado 2º en el Maipú (G1)-, aquella tarde en la que superó claramente, entre otros velocistas, a Elogiado (Archipenko) y alcanzó la categoría de sprinter superlativo.
Volvió victorioso dos meses después sobre la misma pista y al ganar el Clásico General Viamonte (G3), cotejo que resultó un paseo de salud para el crédito del stud Fredi, que así parecía querer eternizar su supremacía entre los cultores de la máxima velocidad. Pero una mañana de abril de 2020, en plena pandemia y tras un vareo en la pista del hipódromo de Venado Tuerto, el zaino volvió con una mano en el aire y encendió todas las alarmas en su entorno.
"Nos asustamos a tal punto por las características de la lesión que acudimos a Guillermo Grande, un veterinario de mucha trayectoria que trabaja en el hipódromo de Rosario, para que nos diera una evaluación. Tras revisarlo constató una lesión en una entrecuerda y a partir de ahí decidimos pararlo. Este tipo de lesión suele ser muy complicada y depende mucho de la respuesta de cada caballo", explica Ángel Bonetto, entrenador de Springdom y quien fuera también preparador de otro velocista de excepción llamado Lenovo (Roman Ruler), ahora volcado a la reproducción.
Lo que siguió después fue una enorme prueba de paciencia para los allegados al caballo criado en el haras El Paraíso. En principio, unos cuantos meses en el box para posibilitar que ese tendón que se estiró más de lo normal se recuperara. Mientras duró ese proceso, Springdom también fue sometido a un tratamiento con células madre.
Tras esos siete meses en los que el ejemplar sólo se mantuvo parado en el box y apenas caminaba, llegó el momento de comenzar a probar cómo había evolucionado la recuperación de la lesión: "Después fuimos paso a paso. El primer mes caminó solamente, y al siguiente hizo tranco y trote. Íbamos evaluando cómo respondía al aumento de exigencias, hasta que logramos que vareara de manera normal. Es más, la semana pasada le hicimos un medio correr y el caballo no acusó nada y quedó muy bien. Por ahora marcha todo normal y la idea es anotarlo para el 1º de mayo, aunque siempre atentos a lo que el caballo nos vaya demostrando".
En todo este tiempo, Fredi Vitorelli, propietario de Springdom, recorrió los 160 kilómetros que separan la ciudad cordobesa de Laboulaye de Venado Tuerto, en Santa Fe, para ir a ver a su caballo al menos una vez por semana. Actualmente, el zaino sigue con su entrenamiento normal montado en forma alternada por Julián Flores y Nico Lamas, los vareadores que trabajan con Ángel, Martín y Patricio, los tres hermanos Bonetto que entrenan 11 ejemplares. Siempre bajo la atenta mirada de Don Luis, el patriarca de la familia y quien fuera preparador de Mali (Mount Athos), entre otros ligeros que hicieron historia.
Ambos vareadores recorren cada mañana los 400 metros de distancia que separa el stud de 30 boxes de la pista de Venado Tuerto, esa superficie de tierra revuelta en la que el velocista continúa su preparación con vistas a su gran regreso. "Afortunadamente, todo va muy bien. Diez o doce días antes de la carrera le vamos a hacer 600 metros para finalizar la puesta a punto y, sin dudas, ese trabajo va a ser una prueba de fuego", adelanta Ángel con la esperanza de que Springdom la supere y llegue al 1º de mayo en las mejores condiciones.
El mejor velocista de 2019 no compite desde su triunfo en el Clásico General Viamonte (G3), el 15 de febrero de 2020, y recuperado de una lesión en una cuerda, promete formar parte del Gran Premio Ciudad de Buenos Aires (G1) el 1° de mayo.
La noticia va a sacudir la estantería: Springdom (Sebi Halo) vuelve a la competencia en el Gran Premio Ciudad de Buenos Aires (G1-1000m) el 1º de mayo próximo en la gran reunión palermitana que tendrá como epicentro al Gran Premio República Argentina (G1).
Y va a sacudir la estantería principalmente de los allegados a los ejemplares que tomarán parte del internacional de la recta el Día del Trabajador, y que aspiran a hacerse de una de las principales pruebas de la especialidad con el objetivo de calzarse la corona de mejor velocista. Aquella que quedó vacante cuando el magnífico Strategos (Zensational), monarca indiscutido de la velocidad tras enhebrar los grandes premios Maipú (G1), Suipacha (G1) y Félix de Álzaga Unzué (G1) de 2020, se lanzó a la aventura de conquistar mayores distancias.
Porque, se sabe, con Springdom sano en las gateras, nada menos que el mejor velocista de 2019, las chances de ganar son limitadas. Es como enfrentar al Barcelona con o sin Messi. El caballo logró la consagración al adjudicarse el Álzaga Unzué (G1) el 14 de diciembre de 2019 -antes había llegado 2º en el Maipú (G1)-, aquella tarde en la que superó claramente, entre otros velocistas, a Elogiado (Archipenko) y alcanzó la categoría de sprinter superlativo.
Volvió victorioso dos meses después sobre la misma pista y al ganar el Clásico General Viamonte (G3), cotejo que resultó un paseo de salud para el crédito del stud Fredi, que así parecía querer eternizar su supremacía entre los cultores de la máxima velocidad. Pero una mañana de abril de 2020, en plena pandemia y tras un vareo en la pista del hipódromo de Venado Tuerto, el zaino volvió con una mano en el aire y encendió todas las alarmas en su entorno.
"Nos asustamos a tal punto por las características de la lesión que acudimos a Guillermo Grande, un veterinario de mucha trayectoria que trabaja en el hipódromo de Rosario, para que nos diera una evaluación. Tras revisarlo constató una lesión en una entrecuerda y a partir de ahí decidimos pararlo. Este tipo de lesión suele ser muy complicada y depende mucho de la respuesta de cada caballo", explica Ángel Bonetto, entrenador de Springdom y quien fuera también preparador de otro velocista de excepción llamado Lenovo (Roman Ruler), ahora volcado a la reproducción.
Lo que siguió después fue una enorme prueba de paciencia para los allegados al caballo criado en el haras El Paraíso. En principio, unos cuantos meses en el box para posibilitar que ese tendón que se estiró más de lo normal se recuperara. Mientras duró ese proceso, Springdom también fue sometido a un tratamiento con células madre.
Tras esos siete meses en los que el ejemplar sólo se mantuvo parado en el box y apenas caminaba, llegó el momento de comenzar a probar cómo había evolucionado la recuperación de la lesión: "Después fuimos paso a paso. El primer mes caminó solamente, y al siguiente hizo tranco y trote. Íbamos evaluando cómo respondía al aumento de exigencias, hasta que logramos que vareara de manera normal. Es más, la semana pasada le hicimos un medio correr y el caballo no acusó nada y quedó muy bien. Por ahora marcha todo normal y la idea es anotarlo para el 1º de mayo, aunque siempre atentos a lo que el caballo nos vaya demostrando".
En todo este tiempo, Fredi Vitorelli, propietario de Springdom, recorrió los 160 kilómetros que separan la ciudad cordobesa de Laboulaye de Venado Tuerto, en Santa Fe, para ir a ver a su caballo al menos una vez por semana. Actualmente, el zaino sigue con su entrenamiento normal montado en forma alternada por Julián Flores y Nico Lamas, los vareadores que trabajan con Ángel, Martín y Patricio, los tres hermanos Bonetto que entrenan 11 ejemplares. Siempre bajo la atenta mirada de Don Luis, el patriarca de la familia y quien fuera preparador de Mali (Mount Athos), entre otros ligeros que hicieron historia.
Ambos vareadores recorren cada mañana los 400 metros de distancia que separa el stud de 30 boxes de la pista de Venado Tuerto, esa superficie de tierra revuelta en la que el velocista continúa su preparación con vistas a su gran regreso. "Afortunadamente, todo va muy bien. Diez o doce días antes de la carrera le vamos a hacer 600 metros para finalizar la puesta a punto y, sin dudas, ese trabajo va a ser una prueba de fuego", adelanta Ángel con la esperanza de que Springdom la supere y llegue al 1º de mayo en las mejores condiciones.
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