JORGE RICARDO quedó a una victoria de las 13.000
El jinete más ganador de carrera en el mundo, el valiente Jorge Ricardo , todo un guerrero en su profesión, que ha superado cualquier cantidad de obstáculos para seguir montando magistralmente a los 58 años , está a punto de concretar una meta más en su gran carrera, que inició cuando tenía apenas 15 años . Está a sólo un triunfo de alcanzar las soñadas 13.000 victorias . Hace apenas unas semanas, decía adiós a la hípica argentina. ¿Temporalmente? No se sabe. Pero lo que si sabía era su objetivo: buscar las 13.000 victorias . La oportunidad la tenía pintada en la vuelta a su patria natal, donde la actividad hípica se conduce casi con normalidad pese al ambiente de pandemia.
La llegada del triunfo 12.999No fue tan fácil dejar un ambiente hípico donde se le respeta y quiere como se le quiere a un ídolo. Pero el tiempo pasa… “y nos vamos poniendo viejos” dice la canción de Pablo Milanés. No había tiempo para perder. Y Ricardinho, dueño de excelentes condiciones físicas aún y con sus habilidades profesionales en un punto de efectividad sorprendentes, decidió ir en busca de una nueva aventura, o más bien, de una nueva meta, un sueño prolongado que hoy es casi una realidad. Así, este lunes, 21 de septiembre, abrió el programa del hipódromo de Gavea con un nuevo triunfo, el 12.999, la antesala de la meta anhelada. Meta que va a superar, sólo para ponerse una nueva, porque Ricardinho aún no nos puedes dejar, no nos debes dejar. La victoria la alcanzó en cofradía con la tordilla Alibi da Serra (15, Elmustanser en Kathedrale, por Ramirito), en prueba sobre 1400m sobre Pista de arena. Con su habitual maestría para correr en velocidad, controló la acción de la mora, llevándole relajada a la cabeza del lote, pese a la presión de una rival. Ya en la recta final, calmado y preciso, mantuvo concentrada a la yegua en la carrera, utilizando el látigo sólo en el momento necesario. Sacó a la tordilla de una racha de 8 derrotas en fila. No ganaba desde el 26 de noviembre del año pasado. Y así llegó a las 12.999. ¡Se dice fácil!
Jorge Ricardo es una estrella de la hípica mundial, pero para nosotros, los latinoamericanos, es un ejemplo de grandeza deportiva, de tesón e incluso de calidad humana. Sus logros en gran parte los alcanzó pensando en nosotros, en ganarse nuestra admiración y respeto. Hoy no hay duda alguna que es merecedor de todo ello, que lo ha logrado de la mejor manera: siendo un extraordinario jinete. Un deportista inolvidable, será reverenciado y reconocido mundialmente por los siglos de los siglos. Hemos tenido la oportunidad de verlo y tenemos la oportunidad de seguir viéndole y animándole: ¡Vamos Ricardo! ¡Sos un grande!
No fue tan fácil dejar un ambiente hípico donde se le respeta y quiere como se le quiere a un ídolo. Pero el tiempo pasa… “y nos vamos poniendo viejos” dice la canción de Pablo Milanés. No había tiempo para perder. Y Ricardinho, dueño de excelentes condiciones físicas aún y con sus habilidades profesionales en un punto de efectividad sorprendentes, decidió ir en busca de una nueva aventura, o más bien, de una nueva meta, un sueño prolongado que hoy es casi una realidad. Así, este lunes, 21 de septiembre, abrió el programa del hipódromo de Gavea con un nuevo triunfo, el 12.999, la antesala de la meta anhelada. Meta que va a superar, sólo para ponerse una nueva, porque Ricardinho aún no nos puedes dejar, no nos debes dejar. La victoria la alcanzó en cofradía con la tordilla Alibi da Serra (15, Elmustanser en Kathedrale, por Ramirito), en prueba sobre 1400m sobre Pista de arena. Con su habitual maestría para correr en velocidad, controló la acción de la mora, llevándole relajada a la cabeza del lote, pese a la presión de una rival. Ya en la recta final, calmado y preciso, mantuvo concentrada a la yegua en la carrera, utilizando el látigo sólo en el momento necesario. Sacó a la tordilla de una racha de 8 derrotas en fila. No ganaba desde el 26 de noviembre del año pasado. Y así llegó a las 12.999. ¡Se dice fácil!
Jorge Ricardo es una estrella de la hípica mundial, pero para nosotros, los latinoamericanos, es un ejemplo de grandeza deportiva, de tesón e incluso de calidad humana. Sus logros en gran parte los alcanzó pensando en nosotros, en ganarse nuestra admiración y respeto. Hoy no hay duda alguna que es merecedor de todo ello, que lo ha logrado de la mejor manera: siendo un extraordinario jinete. Un deportista inolvidable, será reverenciado y reconocido mundialmente por los siglos de los siglos. Hemos tenido la oportunidad de verlo y tenemos la oportunidad de seguir viéndole y animándole: ¡Vamos Ricardo! ¡Sos un grande!
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