ENDLER de atropelladaUn rayo. Eso fue Endler en el final del Clásico Reconquista (L), primera emoción de la tarde dominical en San Isidro. Corrido con la regla y el compás por Eduardo Ortega Pavón, el crédito de El Chuchi que entrena Gustavo Romero pasó de largo en los 200 finales y en el disco puso 4 cuerpos entre él y Sonny Bill, su escolta.
"O cuando los últimos serán los primeros...", podría titularse ese comentario, porque fueron los tres ejemplares que corrieron en el fondo del lote Endler, Sonny Bill y Hosarsiph Joy, los que terminaron de conformar el podio de la carrera. Y lo dicho, factor fundamental en el séptimo triunfo jerárquico del hijo de Cima De Triomphe fue su jockey, Eduardo Ortega Pavón, quien le impartió una conducción sin fisuras. Corriendo al amparo de los palos al zaino hasta la recta, y una vez allí sacándolo a media cancha en el momento justo para atropellar. Y cuando lo hizo...Pasó de largo en los 200 finales Endler y resolvió la carrera con total contundencia.
Un rayo. Eso fue Endler en el final del Clásico Reconquista (L), primera emoción de la tarde dominical en San Isidro. Corrido con la regla y el compás por Eduardo Ortega Pavón, el crédito de El Chuchi que entrena Gustavo Romero pasó de largo en los 200 finales y en el disco puso 4 cuerpos entre él y Sonny Bill, su escolta.
"O cuando los últimos serán los primeros...", podría titularse ese comentario, porque fueron los tres ejemplares que corrieron en el fondo del lote Endler, Sonny Bill y Hosarsiph Joy, los que terminaron de conformar el podio de la carrera. Y lo dicho, factor fundamental en el séptimo triunfo jerárquico del hijo de Cima De Triomphe fue su jockey, Eduardo Ortega Pavón, quien le impartió una conducción sin fisuras. Corriendo al amparo de los palos al zaino hasta la recta, y una vez allí sacándolo a media cancha en el momento justo para atropellar. Y cuando lo hizo...
Pasó de largo en los 200 finales Endler y resolvió la carrera con total contundencia.
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