LUTHIER BLUES el rey de la recta
Venía de aprobar un examen complicado Luthier Blues (Le Blues). Si bien en el Hándicap Sorteado, disputado hace casi tres semanas, se había enfrentado a rivales de menor calidad que la que tenían los equinos con los que debía toparse este sábado, lo hizo con 65 kilos en el lomo, todo un desafío. El plomo no lo afectó y ganó por tres cuerpos y en gran registro, ratificando que su actualidad era brillante.
Así llegó como gran favorito a esta edición del Gran Premio Maipú (G1-1000 metros), que, por lo general, define al mejor velocista sobre la pista de arena y ratificó ese gran concepto que se había ganado aquel 25 de octubre, al igual que durante el resto de la temporada, la mejor de su campaña.
No dejó dudas el pupilo que entrena Gonzalo Sarno en Azul y sumó su cuarta victoria consecutiva, la más importante de su vida. Partió cómodo y enseguida se fue poniendo en carrera, mientras Yuto Bataraz Key (Key Deputy), por dentro, y el pampeano Sin Cambio (Sidney?s Candy), por fuera, intentaban venirse de un tirón, con Top One City (Cityscape) en medio de ellos.
Al promediar la competencia, los cuatro ya estaban juntos, pero 100 metros más adelante sólo quedaban en la batalla el vencedor y Sin Cambio. Hasta que en los 300 Brian Enrique, piloto del nuevo rey de la recta palermitana, bajó su fusta y el zaino criado en el haras El Paraíso arrancó con toda su fuerza para llegar al disco con dos cuerpos de ventaja sobre Sin Cambio, quedando tercero a medio cuerpo más, Lorenzo Rye (Catcher in The Rye), que corría bastante en el final. Todo en 55s23/100.
"La verdad es que estaba un poco nervioso, más allá de que tenía un caballazo, pero era una carrera de Grupo 1, una gran responsabilidad para mí. Por suerte se dio todo como esperaba. Largó tranquilo, se puso tercero o cuarto, y en los 300 arrancó con toda la fuerza para ganar bien", señaló Enrique tras ganar el último Gran Premio de la jornada.
"Tiene un corazón enorme. Venía de ganar con 65 kilos y ahí demostró la clase que tiene. Casi que no sintió el esfuerzo y esta vez con cinco kilos menos se impuso como creíamos que iba a hacerlo. Estoy muy feliz", añadió el Picante.
Fue un gran triunfo el de Luthier Blues, el octavo en catorce salidas a la pista y el quinto en un 2021 en el que salió a escena en ocho oportunidades. Ganó siempre en la arena, ya sea por aquí o en Azul, donde reside. Una sola vez fue al pasto sanisidrense y no lo hizo mal, ya que finalizó tercero de Queen Liz (Lizard Island) en el Clásico General Viamonte (G3-1000 metros), aunque algo lejos. Luego achicó distancias con la yegua del Rubio B. en el Estrellas Sprint (G1) y de ahí en adelante solo sumó alegrías.
No será extraño que lo lleven a San Isidro nuevamente en diciembre para cerrar un año excepcional en el Gran Premio Félix de Alzaga Unzué (G1) sobre la recta vegetal.
Venía de aprobar un examen complicado Luthier Blues (Le Blues). Si bien en el Hándicap Sorteado, disputado hace casi tres semanas, se había enfrentado a rivales de menor calidad que la que tenían los equinos con los que debía toparse este sábado, lo hizo con 65 kilos en el lomo, todo un desafío. El plomo no lo afectó y ganó por tres cuerpos y en gran registro, ratificando que su actualidad era brillante.
Así llegó como gran favorito a esta edición del Gran Premio Maipú (G1-1000 metros), que, por lo general, define al mejor velocista sobre la pista de arena y ratificó ese gran concepto que se había ganado aquel 25 de octubre, al igual que durante el resto de la temporada, la mejor de su campaña.
No dejó dudas el pupilo que entrena Gonzalo Sarno en Azul y sumó su cuarta victoria consecutiva, la más importante de su vida. Partió cómodo y enseguida se fue poniendo en carrera, mientras Yuto Bataraz Key (Key Deputy), por dentro, y el pampeano Sin Cambio (Sidney?s Candy), por fuera, intentaban venirse de un tirón, con Top One City (Cityscape) en medio de ellos.
Al promediar la competencia, los cuatro ya estaban juntos, pero 100 metros más adelante sólo quedaban en la batalla el vencedor y Sin Cambio. Hasta que en los 300 Brian Enrique, piloto del nuevo rey de la recta palermitana, bajó su fusta y el zaino criado en el haras El Paraíso arrancó con toda su fuerza para llegar al disco con dos cuerpos de ventaja sobre Sin Cambio, quedando tercero a medio cuerpo más, Lorenzo Rye (Catcher in The Rye), que corría bastante en el final. Todo en 55s23/100.
"La verdad es que estaba un poco nervioso, más allá de que tenía un caballazo, pero era una carrera de Grupo 1, una gran responsabilidad para mí. Por suerte se dio todo como esperaba. Largó tranquilo, se puso tercero o cuarto, y en los 300 arrancó con toda la fuerza para ganar bien", señaló Enrique tras ganar el último Gran Premio de la jornada.
"Tiene un corazón enorme. Venía de ganar con 65 kilos y ahí demostró la clase que tiene. Casi que no sintió el esfuerzo y esta vez con cinco kilos menos se impuso como creíamos que iba a hacerlo. Estoy muy feliz", añadió el Picante.
Fue un gran triunfo el de Luthier Blues, el octavo en catorce salidas a la pista y el quinto en un 2021 en el que salió a escena en ocho oportunidades. Ganó siempre en la arena, ya sea por aquí o en Azul, donde reside. Una sola vez fue al pasto sanisidrense y no lo hizo mal, ya que finalizó tercero de Queen Liz (Lizard Island) en el Clásico General Viamonte (G3-1000 metros), aunque algo lejos. Luego achicó distancias con la yegua del Rubio B. en el Estrellas Sprint (G1) y de ahí en adelante solo sumó alegrías.
No será extraño que lo lleven a San Isidro nuevamente en diciembre para cerrar un año excepcional en el Gran Premio Félix de Alzaga Unzué (G1) sobre la recta vegetal.
Así llegó como gran favorito a esta edición del Gran Premio Maipú (G1-1000 metros), que, por lo general, define al mejor velocista sobre la pista de arena y ratificó ese gran concepto que se había ganado aquel 25 de octubre, al igual que durante el resto de la temporada, la mejor de su campaña.
No dejó dudas el pupilo que entrena Gonzalo Sarno en Azul y sumó su cuarta victoria consecutiva, la más importante de su vida. Partió cómodo y enseguida se fue poniendo en carrera, mientras Yuto Bataraz Key (Key Deputy), por dentro, y el pampeano Sin Cambio (Sidney?s Candy), por fuera, intentaban venirse de un tirón, con Top One City (Cityscape) en medio de ellos.
Al promediar la competencia, los cuatro ya estaban juntos, pero 100 metros más adelante sólo quedaban en la batalla el vencedor y Sin Cambio. Hasta que en los 300 Brian Enrique, piloto del nuevo rey de la recta palermitana, bajó su fusta y el zaino criado en el haras El Paraíso arrancó con toda su fuerza para llegar al disco con dos cuerpos de ventaja sobre Sin Cambio, quedando tercero a medio cuerpo más, Lorenzo Rye (Catcher in The Rye), que corría bastante en el final. Todo en 55s23/100.
"La verdad es que estaba un poco nervioso, más allá de que tenía un caballazo, pero era una carrera de Grupo 1, una gran responsabilidad para mí. Por suerte se dio todo como esperaba. Largó tranquilo, se puso tercero o cuarto, y en los 300 arrancó con toda la fuerza para ganar bien", señaló Enrique tras ganar el último Gran Premio de la jornada.
"Tiene un corazón enorme. Venía de ganar con 65 kilos y ahí demostró la clase que tiene. Casi que no sintió el esfuerzo y esta vez con cinco kilos menos se impuso como creíamos que iba a hacerlo. Estoy muy feliz", añadió el Picante.
Fue un gran triunfo el de Luthier Blues, el octavo en catorce salidas a la pista y el quinto en un 2021 en el que salió a escena en ocho oportunidades. Ganó siempre en la arena, ya sea por aquí o en Azul, donde reside. Una sola vez fue al pasto sanisidrense y no lo hizo mal, ya que finalizó tercero de Queen Liz (Lizard Island) en el Clásico General Viamonte (G3-1000 metros), aunque algo lejos. Luego achicó distancias con la yegua del Rubio B. en el Estrellas Sprint (G1) y de ahí en adelante solo sumó alegrías.
No será extraño que lo lleven a San Isidro nuevamente en diciembre para cerrar un año excepcional en el Gran Premio Félix de Alzaga Unzué (G1) sobre la recta vegetal.
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