HUSH GIRL ganó fácil por cinco cuerposSobre el césped, sin dudas su superficie predilecta, y casi cinco meses después de su última conquista de jerarquía, Hush Girl (Aerosol) volvió al podio de jerarquía al adjudicarse el Clásico Fallow, prueba central de la reunión dominical desarrollada en el Hipódromo de San Isidro, en una jornada donde acompañó un clima primaveral.
El hecho de que fueron sólo cinco yeguas las que tomaron parte del cotejo estelar no le restó atractivo a la carrera que tuvo en La Fantastique (Le Blues) a una decidida puntera. Más decidida a hacer el trámite de un viaje, lo que hizo en más de una ocasión en su campaña, que a convertirse en instrumento del clásico juego de yunta para su compañera Mayica (Equal Stripes), que, justamente, venía de llegar delante de la otra representante de Sta. Elena.
Con la conducida por Brian Enrique afianzada al frente, Francisco Gonçalves hizo una precisa lectura del panorama y por ese motivo asumió la decisión de arrimar a Hush Girl a las patas de la vanguardista, entendiendo que la verdadera rival era la yegua que iba adelante. Se sabe, el jinete brasileño es de los profesionales que suelen conocer más a sus rivales que a sus propios conducidos.
Y en la entrada a la recta ambas yeguas se jugaron a suerte y verdad, y exigidas por sus jockeys echaron a correr de firme. A la altura de los 400, Hush Girl se adueñó de la situación, dejó sin margen de reacción a La Fantastique y se encomendó al disco desplazándose hacia adelante con ágiles brazadas y para volver a subirse a lo más alto del podio de jerarquía por segunda vez.
La carga de refresco de Realidad Pura (Orpen) no inquietó a la contundente ganadora, pero sin dudas le aseguró a la yegua de L. y R. un placé clásico que figurará en el catálogo en su futuro como reproductora. En tanto que Sofrita (Roman Ruler) amagó con tener más incidencia en la definición en un tramo de la carrera, pero finalmente debió conformarse con el tercer escalón del podio.
"Ganó bárbaro. Antes de la carrera le comentaba a Juan Garat que nos parecía que le habían asignado muchos kilos, pero viendo la forma en que ganó me di cuenta de que estaba equivocado. Es muy corredora, pero también depende mucho el estado de la pista. En el césped normal ella rinde lo que es, ganando o perdiendo. Pero donde llueve un poco ya no es la misma", explicó el entrenador Carlos Daniel Etchechoury tras el triunfo de la nieta materna de Orpen, que cargó 59,5 kilos.
Con esta conquista contundente, Hush Girl sumó la quinta victoria de su campaña y confirmó su romance con el césped, superficie en la que no por casualidad compitió en trece de sus catorce salidas a las pistas. La yegua criada por Santa María de Araras dejó muy buena impresión más allá de que la carrera no significara un desafío infranqueable, y ratificó su intención de ser protagonista en cuanto cotejo para yeguas de la media distancia le pongan por delante.
Sobre el césped, sin dudas su superficie predilecta, y casi cinco meses después de su última conquista de jerarquía, Hush Girl (Aerosol) volvió al podio de jerarquía al adjudicarse el Clásico Fallow, prueba central de la reunión dominical desarrollada en el Hipódromo de San Isidro, en una jornada donde acompañó un clima primaveral.
El hecho de que fueron sólo cinco yeguas las que tomaron parte del cotejo estelar no le restó atractivo a la carrera que tuvo en La Fantastique (Le Blues) a una decidida puntera. Más decidida a hacer el trámite de un viaje, lo que hizo en más de una ocasión en su campaña, que a convertirse en instrumento del clásico juego de yunta para su compañera Mayica (Equal Stripes), que, justamente, venía de llegar delante de la otra representante de Sta. Elena.
Con la conducida por Brian Enrique afianzada al frente, Francisco Gonçalves hizo una precisa lectura del panorama y por ese motivo asumió la decisión de arrimar a Hush Girl a las patas de la vanguardista, entendiendo que la verdadera rival era la yegua que iba adelante. Se sabe, el jinete brasileño es de los profesionales que suelen conocer más a sus rivales que a sus propios conducidos.
Y en la entrada a la recta ambas yeguas se jugaron a suerte y verdad, y exigidas por sus jockeys echaron a correr de firme. A la altura de los 400, Hush Girl se adueñó de la situación, dejó sin margen de reacción a La Fantastique y se encomendó al disco desplazándose hacia adelante con ágiles brazadas y para volver a subirse a lo más alto del podio de jerarquía por segunda vez.
La carga de refresco de Realidad Pura (Orpen) no inquietó a la contundente ganadora, pero sin dudas le aseguró a la yegua de L. y R. un placé clásico que figurará en el catálogo en su futuro como reproductora. En tanto que Sofrita (Roman Ruler) amagó con tener más incidencia en la definición en un tramo de la carrera, pero finalmente debió conformarse con el tercer escalón del podio.
"Ganó bárbaro. Antes de la carrera le comentaba a Juan Garat que nos parecía que le habían asignado muchos kilos, pero viendo la forma en que ganó me di cuenta de que estaba equivocado. Es muy corredora, pero también depende mucho el estado de la pista. En el césped normal ella rinde lo que es, ganando o perdiendo. Pero donde llueve un poco ya no es la misma", explicó el entrenador Carlos Daniel Etchechoury tras el triunfo de la nieta materna de Orpen, que cargó 59,5 kilos.
Con esta conquista contundente, Hush Girl sumó la quinta victoria de su campaña y confirmó su romance con el césped, superficie en la que no por casualidad compitió en trece de sus catorce salidas a las pistas. La yegua criada por Santa María de Araras dejó muy buena impresión más allá de que la carrera no significara un desafío infranqueable, y ratificó su intención de ser protagonista en cuanto cotejo para yeguas de la media distancia le pongan por delante.
El hecho de que fueron sólo cinco yeguas las que tomaron parte del cotejo estelar no le restó atractivo a la carrera que tuvo en La Fantastique (Le Blues) a una decidida puntera. Más decidida a hacer el trámite de un viaje, lo que hizo en más de una ocasión en su campaña, que a convertirse en instrumento del clásico juego de yunta para su compañera Mayica (Equal Stripes), que, justamente, venía de llegar delante de la otra representante de Sta. Elena.
Con la conducida por Brian Enrique afianzada al frente, Francisco Gonçalves hizo una precisa lectura del panorama y por ese motivo asumió la decisión de arrimar a Hush Girl a las patas de la vanguardista, entendiendo que la verdadera rival era la yegua que iba adelante. Se sabe, el jinete brasileño es de los profesionales que suelen conocer más a sus rivales que a sus propios conducidos.
Y en la entrada a la recta ambas yeguas se jugaron a suerte y verdad, y exigidas por sus jockeys echaron a correr de firme. A la altura de los 400, Hush Girl se adueñó de la situación, dejó sin margen de reacción a La Fantastique y se encomendó al disco desplazándose hacia adelante con ágiles brazadas y para volver a subirse a lo más alto del podio de jerarquía por segunda vez.
La carga de refresco de Realidad Pura (Orpen) no inquietó a la contundente ganadora, pero sin dudas le aseguró a la yegua de L. y R. un placé clásico que figurará en el catálogo en su futuro como reproductora. En tanto que Sofrita (Roman Ruler) amagó con tener más incidencia en la definición en un tramo de la carrera, pero finalmente debió conformarse con el tercer escalón del podio.
"Ganó bárbaro. Antes de la carrera le comentaba a Juan Garat que nos parecía que le habían asignado muchos kilos, pero viendo la forma en que ganó me di cuenta de que estaba equivocado. Es muy corredora, pero también depende mucho el estado de la pista. En el césped normal ella rinde lo que es, ganando o perdiendo. Pero donde llueve un poco ya no es la misma", explicó el entrenador Carlos Daniel Etchechoury tras el triunfo de la nieta materna de Orpen, que cargó 59,5 kilos.
Con esta conquista contundente, Hush Girl sumó la quinta victoria de su campaña y confirmó su romance con el césped, superficie en la que no por casualidad compitió en trece de sus catorce salidas a las pistas. La yegua criada por Santa María de Araras dejó muy buena impresión más allá de que la carrera no significara un desafío infranqueable, y ratificó su intención de ser protagonista en cuanto cotejo para yeguas de la media distancia le pongan por delante.
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