SHY FRIEND de punta a punta
En el fondo parece estar la verdad de Shy Friend (Equal Stripes), claro ganador ese lunes del Clásico Eduardo Casey (G2-2200m) en la primera participación del zaino del stud Carmel en una prueba en la distancia. Había dejado caras largas el criado por el haras Abolengo en ocasión de su tercer puesto en el Clásico Ensayo (G2), detrás de Kodiak Boy (Treasure Beach) y Roberts Hit (Hit it a Bomb), en el cual el potrillo dio la sensación de haberse "entregado mansamente".
"Es un potrillo al que desde el día uno lo tuvimos por muy bueno. Un caballo completo, con todo, con clase, con pedigree, con físico, con partida. Hizo siempre todo bien. Nos encantó cuando ganó el Gran Criterium y después nos dejó gusto a poco en las Dos Mil Guineas, cuando perdió con Vespaciano, aunque de todos modos corrió bien. Pero sobre todo no nos gustó en el tercer puesto en el Ensayo, porque notamos que en el pasto no se estiraba a correr como lo hacía en la cuarta pista de San Isidro", reconoció Nicolás Martín Ferro, su entrenador.
Y continuó: "Por eso decidimos traerlo a la arena, porque es un ejemplar con físico y papeles para correr en esta superficie y por suerte nos demostró que es bueno de verdad. Sin conocer la cancha metió ritmo, porque no se floreó adelante; me encantó cómo remató, y ahora a soñar con el Nacional". Fueron sus sensaciones tras el primer triunfo en la arena porteña del nieto materno de Halo Sunshine y también la génesis del cambio de rumbo que lo sacó del césped de San Isidro.
Tal como lo comentó su preparador, Juan Noriega puso adelante a Shy Friend desde la suelta y les marcó el ritmo desde la largada. Y, por supuesto, mantuvo el liderazgo a lo largo de los 2200 metros de recorrido, para arribar a su segunda conquista gradual con dos cuerpos y medio de ventaja sobre Don Raptor (War Command), que descontó terreno en la recta pero sin comprometer al ganador.
Un dato curioso sobre el representante de San Benito. Mientras realizaba el paseo se espantó, le sacó el cuerpo a su jockey, Francisco Gonçalves, y éste cayó de espaldas sobre la arena. Evidentemente, el cuerpo médico del Hipódromo Argentino evaluó el estado de salud del jockey y al corroborar que no había sufrido mayores consecuencias lo autorizó a correr a pesar de la caída.
Tras la victoria sin complicaciones de Shy Friend, Noriega contó su versión de los hechos de acuerdo a cómo la experimentó desde arriba del ejemplar que acusó 492 kilos en la balanza: "Ganó muy bien. Es un caballo muy manso y se deja manejar muy bien. En dos tramos de carrera, a la altura de los 1000 y en la entrada a la recta le pedí un golpe de velocidad para que no se amansara. A pesar de que no había corrido nunca en Palermo no le temíamos a la arena porque el siempre trabaja bárbaro sobre esa superficie en San Isidro", aseguró el piloto cordobés que cumplió 30 años desde su primera victoria en los hipódromos de Buenos Aires y se alzó, junto con el Gran Premio Selección (G1) del sábado con Carta Embrujada (Storm Embrujado), con las dos carreras más importantes del fin de semana.
Shy Friend mostró sus condiciones para la distancia, pisó por primera vez y de manera exitosa la arena palermitana y, lógicamente, ya está con un pie en el Gran Premio Nacional (G1). Su entorno, por supuesto, tiene sobrados motivos para ilusionarse.
En el fondo parece estar la verdad de Shy Friend (Equal Stripes), claro ganador ese lunes del Clásico Eduardo Casey (G2-2200m) en la primera participación del zaino del stud Carmel en una prueba en la distancia. Había dejado caras largas el criado por el haras Abolengo en ocasión de su tercer puesto en el Clásico Ensayo (G2), detrás de Kodiak Boy (Treasure Beach) y Roberts Hit (Hit it a Bomb), en el cual el potrillo dio la sensación de haberse "entregado mansamente".
"Es un potrillo al que desde el día uno lo tuvimos por muy bueno. Un caballo completo, con todo, con clase, con pedigree, con físico, con partida. Hizo siempre todo bien. Nos encantó cuando ganó el Gran Criterium y después nos dejó gusto a poco en las Dos Mil Guineas, cuando perdió con Vespaciano, aunque de todos modos corrió bien. Pero sobre todo no nos gustó en el tercer puesto en el Ensayo, porque notamos que en el pasto no se estiraba a correr como lo hacía en la cuarta pista de San Isidro", reconoció Nicolás Martín Ferro, su entrenador.
Y continuó: "Por eso decidimos traerlo a la arena, porque es un ejemplar con físico y papeles para correr en esta superficie y por suerte nos demostró que es bueno de verdad. Sin conocer la cancha metió ritmo, porque no se floreó adelante; me encantó cómo remató, y ahora a soñar con el Nacional". Fueron sus sensaciones tras el primer triunfo en la arena porteña del nieto materno de Halo Sunshine y también la génesis del cambio de rumbo que lo sacó del césped de San Isidro.
Tal como lo comentó su preparador, Juan Noriega puso adelante a Shy Friend desde la suelta y les marcó el ritmo desde la largada. Y, por supuesto, mantuvo el liderazgo a lo largo de los 2200 metros de recorrido, para arribar a su segunda conquista gradual con dos cuerpos y medio de ventaja sobre Don Raptor (War Command), que descontó terreno en la recta pero sin comprometer al ganador.
Un dato curioso sobre el representante de San Benito. Mientras realizaba el paseo se espantó, le sacó el cuerpo a su jockey, Francisco Gonçalves, y éste cayó de espaldas sobre la arena. Evidentemente, el cuerpo médico del Hipódromo Argentino evaluó el estado de salud del jockey y al corroborar que no había sufrido mayores consecuencias lo autorizó a correr a pesar de la caída.
Tras la victoria sin complicaciones de Shy Friend, Noriega contó su versión de los hechos de acuerdo a cómo la experimentó desde arriba del ejemplar que acusó 492 kilos en la balanza: "Ganó muy bien. Es un caballo muy manso y se deja manejar muy bien. En dos tramos de carrera, a la altura de los 1000 y en la entrada a la recta le pedí un golpe de velocidad para que no se amansara. A pesar de que no había corrido nunca en Palermo no le temíamos a la arena porque el siempre trabaja bárbaro sobre esa superficie en San Isidro", aseguró el piloto cordobés que cumplió 30 años desde su primera victoria en los hipódromos de Buenos Aires y se alzó, junto con el Gran Premio Selección (G1) del sábado con Carta Embrujada (Storm Embrujado), con las dos carreras más importantes del fin de semana.
Shy Friend mostró sus condiciones para la distancia, pisó por primera vez y de manera exitosa la arena palermitana y, lógicamente, ya está con un pie en el Gran Premio Nacional (G1). Su entorno, por supuesto, tiene sobrados motivos para ilusionarse.
"Es un potrillo al que desde el día uno lo tuvimos por muy bueno. Un caballo completo, con todo, con clase, con pedigree, con físico, con partida. Hizo siempre todo bien. Nos encantó cuando ganó el Gran Criterium y después nos dejó gusto a poco en las Dos Mil Guineas, cuando perdió con Vespaciano, aunque de todos modos corrió bien. Pero sobre todo no nos gustó en el tercer puesto en el Ensayo, porque notamos que en el pasto no se estiraba a correr como lo hacía en la cuarta pista de San Isidro", reconoció Nicolás Martín Ferro, su entrenador.
Y continuó: "Por eso decidimos traerlo a la arena, porque es un ejemplar con físico y papeles para correr en esta superficie y por suerte nos demostró que es bueno de verdad. Sin conocer la cancha metió ritmo, porque no se floreó adelante; me encantó cómo remató, y ahora a soñar con el Nacional". Fueron sus sensaciones tras el primer triunfo en la arena porteña del nieto materno de Halo Sunshine y también la génesis del cambio de rumbo que lo sacó del césped de San Isidro.
Tal como lo comentó su preparador, Juan Noriega puso adelante a Shy Friend desde la suelta y les marcó el ritmo desde la largada. Y, por supuesto, mantuvo el liderazgo a lo largo de los 2200 metros de recorrido, para arribar a su segunda conquista gradual con dos cuerpos y medio de ventaja sobre Don Raptor (War Command), que descontó terreno en la recta pero sin comprometer al ganador.
Un dato curioso sobre el representante de San Benito. Mientras realizaba el paseo se espantó, le sacó el cuerpo a su jockey, Francisco Gonçalves, y éste cayó de espaldas sobre la arena. Evidentemente, el cuerpo médico del Hipódromo Argentino evaluó el estado de salud del jockey y al corroborar que no había sufrido mayores consecuencias lo autorizó a correr a pesar de la caída.
Tras la victoria sin complicaciones de Shy Friend, Noriega contó su versión de los hechos de acuerdo a cómo la experimentó desde arriba del ejemplar que acusó 492 kilos en la balanza: "Ganó muy bien. Es un caballo muy manso y se deja manejar muy bien. En dos tramos de carrera, a la altura de los 1000 y en la entrada a la recta le pedí un golpe de velocidad para que no se amansara. A pesar de que no había corrido nunca en Palermo no le temíamos a la arena porque el siempre trabaja bárbaro sobre esa superficie en San Isidro", aseguró el piloto cordobés que cumplió 30 años desde su primera victoria en los hipódromos de Buenos Aires y se alzó, junto con el Gran Premio Selección (G1) del sábado con Carta Embrujada (Storm Embrujado), con las dos carreras más importantes del fin de semana.
Shy Friend mostró sus condiciones para la distancia, pisó por primera vez y de manera exitosa la arena palermitana y, lógicamente, ya está con un pie en el Gran Premio Nacional (G1). Su entorno, por supuesto, tiene sobrados motivos para ilusionarse.
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