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lunes, 18 de octubre de 2021

HIPODROMO DE SAN ISIDRO (Argentina)

ZODIACAL de atropellada
El Gran Premio Jockey Club (G1) parece vivir años de emociones fuertes. En 2020, en medio de la pandemia, todo era posible cuando Marignac (Equal Stripes) atropelló a la victoria en medio de un lote que llegaba con poco recorrido en las pistas por la larga suspensión de las carreras en la Argentina. Pero este sábado en San Isidro, y en una temporada normal, otra vez el que atacó en la recta final para festejar con su jinete parado en los estribos fue uno de los participantes que había salido de perdedor hacía menos de un mes. Zodiacal (Cityscape) rindió honores a la confianza de quienes lo rodean y le ganó por tres cuerpos a Irwin (Seek Again), que venía de imponerse en la Polla de Potrillos (G1), y dejó tercero a Vespaciano (Daniel Boone), que llegaba invicto en tres presentaciones.
"El potrillo es muy buen caballo y venía en ascenso, pero está potro, le falta madurar. Mostraba que servía y por eso nos animamos", dijo Osvaldo Dávila, entrenador del representante del stud Los Dago, sedas a las que le corría cuando fue jockey. Ahora tiene la confianza para mostrarles el camino desde otro rol. "Tiene unos dueños bárbaros, que entienden cuando les digo que los caballos están para correr y cuando no. Hay pocos de estos patrones", amplió el cuidador, que había pensado anotarlo en el Ensayo (G3-1800m) y el mes pasado y optó por la condicional en la que logró la primera victoria. Fue el impulso para animarse en el segundo paso de la Triple Corona argentina.
En la espera del gran desafío, Zodiacal perdió al jinete de sus cuatro pruebas anteriores, porque Osvaldo Alderete tenía compromiso para montar a Encarrilado (Fragotero). Dávila pensó en Luciano Cabrera, porque "es buen jockey, pero es buena persona y presta atención a todas las indicaciones", explicó.
Y Lucho cumplió con el plan tal como lo habían imaginado. "Estoy muy contento. Para una carrera tan difícil me tuvieron en cuenta y eso para mí es inolvidable. Se me venía negando ganar un Grupo 1 en la pista en San Isidro, porque el único gran premio que había conseguido acá fue cuando Hennie Six heredó la victoria porque descalificaron a la que le había ganado", recordó el piloto sobre aquellas Mil Guineas (G1) que perdió Ondina Dubai (E Dubai) en el servicio químico.
"En el desarrollo se hizo sencillo. El potrillo andaba bárbaro y vino corriendo muy cómodo. Cuando lo puse a correr por afuera, que era lo que me había pedido Osvaldo, el caballo me ayudó en todo momento. Salió con mucha fuerza y pasó de largo", describió Cabrera, que se convirtió en el décimo ganador diferente en los últimos 10 años entre sus colegas. En el derecho siguió la huella de Irwin, que esta vez optó por especular y llegó a dominar a cuatro cuadras del final, pero no pudo contener a uno de los menos jugados del lote.
Antes, el trámite había roto el molde, con Kodiak Boy (Treasure Beach) en la punta y su compañero Vespaciano luchando con su genio. Al salir de las gateras, al representante de Las Monjitas le sacaron la careta e, involuntariamente, también perdió los tapones que iba a llevar hasta más allá de la mitad de carrera. Para Francisco Gonçalves, reemplazante de Adrián Giannetti en su montura, por momentos se hizo ingobernable. Casi que no entendía nada Juan Noriega cuando vio que el que salió a buscarlo era su coequiper, que había ganado sus tres competencias de atropellada y se dejó llevar por los ruidos para acelerar temprano.
En el derecho peleó la yunta con Irwin, hasta que Zodiacal se hizo el lugar, atacó abierto y los dejó discutiendo por el placé. La diferencia entre el segundo y el tercero fue de un cuerpo y medio, mientras que entre los dos de Las Monjitas se coló en el disco Il Divo (Treasure Beach), que se había quedado sin paso por los palos, tuvo que cambiar de andarivel y llegó corriendo fuerte.
Para Los Dago, el stud del vencedor, el triunfo significa volver a alzar una copa de jerarquía luego de seis años, tiempo que transcurrió desde que la potranca Seresta (Jump Start) obtuvo el Estrellas Juvenile Fillies (G1) en la misma pista, pese a largar retrasada, en la cita que la consagró como la mejor 2 años de su generación y marcó su retiro como madre en Japón. Ahora, Zodiacal, en cambio, está comenzando a construir su camino y Carlos Dagostino, el dueño, y todo el equipo recrean horas inolvidables.

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