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domingo, 3 de octubre de 2021

HIPODROMO DE SAN ISIDRO (Argentina)

JOY NIMA y GONCALVES se hicieron de Clásicos
Está demostrado que hay ejemplares que sienten más empatía por unos jockeys que por otros. Y ese parece ser el caso de Joy Nima (Fortify), la ganadora del Clásico Espirita (L), segunda prueba de importancia de las dos de jerarquía que ofreció el Hipódromo de San Isidro para la reunión que marcó el regreso del público al escenario norteño.
La yegua de San Benito que entrena Carlos Daniel Etchechoury (y presenta Juan Manuel, su hijo) había compartido dos éxitos condicionales con Francisco Leandro Gonçalves, el último el 12 de julio en la arena de Palermo. Pero luego el jockey brasileño sufrió una fractura de tobillo -una yegua lo golpeó contra la baranda en la redonda de exhibición de Palermo- que lo mantuvo alejado por 55 días y entonces la conducción de la zaina recayó en otros pilotos.
En el césped porteño, la yegua de Andrés Basombrío perdió por el pescuezo el Clásico Sierra Balcarce a manos de Nifty, en un final en el que el aprendiz Rolando Frías perdió la fusta en plena definición. Y luego, esta vez sobre la arena céntrica, la nieta materna de Bernstein finalizó sexta a algo más de 16 cuerpos.
Pero volvió Gonçalves a la montura de Joy Nima y jinete y yegua volvieron a formar una pareja ganadora, esta vez compartiendo la primera conquista de jerarquía de la criada por La Biznaga. Y tanto para el piloto oriundo de Ceará como para Joy Nima fue bastante sencillo resolver la carrera. Porque Gonçalves ubicó a su dirigida en persecución de Indicada Girl (Asiatic Boy) y desde esa posición siguió los movimientos de la vanguardista y a la espera de la recta.
Una vez que el jockey brasileño le enseñó la cancha a Joy Nima, ésta arrancó con mucha fuerza, a la altura de los 300 ya estaba al frente y de ahí en más siguió su camino hacia su primer disco de jerarquía, ese que alcanzó con un cuerpo de ventaja sobre su hermana paterna, que esta vez atropelló antes de lo previsto y para servirle de escolta.
Forty Cinque (Ecologo) se la pasó amagando en la recta, para finalmente ocupar el tercer escalón del podio a la cincha de la yegua de Las Raíces. Todo sucedió en 1m50s90/100, registro apenas unas centésimas por encima del establecido una carrera antes por la potranca Didia (Orpen), contundente ganadora del Clásico Federico de Alvear (G2).
"Es una yegua que estaba ahí de ser clásica y esta vez finalmente lo logró y es merecido, con un jockey espectacular. Me dejó un sabor amargo la mala gestión de Bianca Jay de la que esperaba más y pese a que es una yegua que no maulea esta vez en el codo no quería más", comentó Dany Etchechoury sobre la de cal y la de arena que le reservó la definición del Clásico Espirita (L).

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