SETEADO JOY en gran finalEn una jornada en la que todas las pruebas tuvieron como denominación el nombre de caballos y yeguas célebres que montó en su trayectoria, el Clásico Jorge Valdivieso significó el homenaje al rubio mendocino. Y el desenlace de sus 1200 metros en la pista de arena de Palermo regaló un nivel de emociones acorde a las que entregó en su vida a caballo durante más de tres décadas. Seteado Joy (Fortify), un pensionista de Roberto Bullrich, se quedó con la victoria en un final con cuatro caballos en menos de medio cuerpo.
Coco pareció rendirle tributo también a Valdi, con el que conformó un binomio histórico por largos años. Presentó a su caballo en forma óptima y lo devolvió al campo mejor rentado de la mejor forma, cuando pocos podían imaginarlo hasta no hace tanto. Había perdido el rumbo el zaino doradillo que fue criado en el haras La Biznaga, la cabaña con la que consiguieron la Triple Corona de 1996 con Refinado Tom (Shy Tom), y lo recuperó en el último mes.
"Siempre le tuvimos un gran concepto, pero no estaba rindiendo bien y el entrenador le buscó algunas condicionales para que agarre confianza. En la última había ganado en esta misma pista y distancia, pero ahora las exigencias eran mayores y teníamos la idea de correrlo tranquilo. Se hizo peleado en la recta final y mostró guapeza", repasó Fabricio Barroso, que estuvo en su silla en 14 de sus 16 carreras, incluyendo los cuatro triunfos, uno de ellos en el Gran Premio Estrellas Juvenile (G1-1600m) del año pasado.
Aquella vez se impuso por el pescuezo, el doble de la distancia que marcó a su favor esta vez en el disco, luego de un tramo decisivo en el que le llovían los avances por todos lados. A medio pescuezo quedó segundo Despacito (Sabayon), que vino cerca por adentro y terminó avanzando abierto, y ahí nomás, Aymaraes (Angiolo) y Martell (Ilusor), separados por la cabeza, a la misma distancia del escolta. Uno, más afuera. El otro, trepando por el sector interno desde el fondo.
Seteado Joy, que ganó las dos carreras que corrió con las muserolas laterales, se acercó pronto a la punta, donde Silvido Fil (Filoso Emperor) marcaba el ritmo delante del favorito Top One City (Cityscape), pero en el derecho el único de ellos que resistió fue el ganador. Aunque no lejos, quedaron fuera de la zona de definición, lo que llamó la atención más en el caso del representante de Nuestras Hijas, que había protagonizado varios enfrentamientos con el ejemplar preparado por Bullrich. Ellos, de hecho, definieron la Polla de Potrillos (G1) de 2020, separados por el hocico. Esta vez los separaron tres cuerpos, con el preferido por la mayoría apenas delante de Never Pony (Most Improved).
Luego de intentar primero seguir el camino de la Triple Corona y luego hacerse fuerte en la media distancia y bajar el nivel al medirse con los mayores, en esta etapa de adulto Seteado Joy barajó y dio de vuelta para reinventarse y reconstruir su perfil. En este segundo éxito clásico, conseguido a menos de tres semanas de recuperar el paso ganador, está en el camino que prometía desde su muy buena campaña de 2 años.
En una jornada en la que todas las pruebas tuvieron como denominación el nombre de caballos y yeguas célebres que montó en su trayectoria, el Clásico Jorge Valdivieso significó el homenaje al rubio mendocino. Y el desenlace de sus 1200 metros en la pista de arena de Palermo regaló un nivel de emociones acorde a las que entregó en su vida a caballo durante más de tres décadas. Seteado Joy (Fortify), un pensionista de Roberto Bullrich, se quedó con la victoria en un final con cuatro caballos en menos de medio cuerpo.
Coco pareció rendirle tributo también a Valdi, con el que conformó un binomio histórico por largos años. Presentó a su caballo en forma óptima y lo devolvió al campo mejor rentado de la mejor forma, cuando pocos podían imaginarlo hasta no hace tanto. Había perdido el rumbo el zaino doradillo que fue criado en el haras La Biznaga, la cabaña con la que consiguieron la Triple Corona de 1996 con Refinado Tom (Shy Tom), y lo recuperó en el último mes.
"Siempre le tuvimos un gran concepto, pero no estaba rindiendo bien y el entrenador le buscó algunas condicionales para que agarre confianza. En la última había ganado en esta misma pista y distancia, pero ahora las exigencias eran mayores y teníamos la idea de correrlo tranquilo. Se hizo peleado en la recta final y mostró guapeza", repasó Fabricio Barroso, que estuvo en su silla en 14 de sus 16 carreras, incluyendo los cuatro triunfos, uno de ellos en el Gran Premio Estrellas Juvenile (G1-1600m) del año pasado.
Aquella vez se impuso por el pescuezo, el doble de la distancia que marcó a su favor esta vez en el disco, luego de un tramo decisivo en el que le llovían los avances por todos lados. A medio pescuezo quedó segundo Despacito (Sabayon), que vino cerca por adentro y terminó avanzando abierto, y ahí nomás, Aymaraes (Angiolo) y Martell (Ilusor), separados por la cabeza, a la misma distancia del escolta. Uno, más afuera. El otro, trepando por el sector interno desde el fondo.
Seteado Joy, que ganó las dos carreras que corrió con las muserolas laterales, se acercó pronto a la punta, donde Silvido Fil (Filoso Emperor) marcaba el ritmo delante del favorito Top One City (Cityscape), pero en el derecho el único de ellos que resistió fue el ganador. Aunque no lejos, quedaron fuera de la zona de definición, lo que llamó la atención más en el caso del representante de Nuestras Hijas, que había protagonizado varios enfrentamientos con el ejemplar preparado por Bullrich. Ellos, de hecho, definieron la Polla de Potrillos (G1) de 2020, separados por el hocico. Esta vez los separaron tres cuerpos, con el preferido por la mayoría apenas delante de Never Pony (Most Improved).
Luego de intentar primero seguir el camino de la Triple Corona y luego hacerse fuerte en la media distancia y bajar el nivel al medirse con los mayores, en esta etapa de adulto Seteado Joy barajó y dio de vuelta para reinventarse y reconstruir su perfil. En este segundo éxito clásico, conseguido a menos de tres semanas de recuperar el paso ganador, está en el camino que prometía desde su muy buena campaña de 2 años.
Coco pareció rendirle tributo también a Valdi, con el que conformó un binomio histórico por largos años. Presentó a su caballo en forma óptima y lo devolvió al campo mejor rentado de la mejor forma, cuando pocos podían imaginarlo hasta no hace tanto. Había perdido el rumbo el zaino doradillo que fue criado en el haras La Biznaga, la cabaña con la que consiguieron la Triple Corona de 1996 con Refinado Tom (Shy Tom), y lo recuperó en el último mes.
"Siempre le tuvimos un gran concepto, pero no estaba rindiendo bien y el entrenador le buscó algunas condicionales para que agarre confianza. En la última había ganado en esta misma pista y distancia, pero ahora las exigencias eran mayores y teníamos la idea de correrlo tranquilo. Se hizo peleado en la recta final y mostró guapeza", repasó Fabricio Barroso, que estuvo en su silla en 14 de sus 16 carreras, incluyendo los cuatro triunfos, uno de ellos en el Gran Premio Estrellas Juvenile (G1-1600m) del año pasado.
Aquella vez se impuso por el pescuezo, el doble de la distancia que marcó a su favor esta vez en el disco, luego de un tramo decisivo en el que le llovían los avances por todos lados. A medio pescuezo quedó segundo Despacito (Sabayon), que vino cerca por adentro y terminó avanzando abierto, y ahí nomás, Aymaraes (Angiolo) y Martell (Ilusor), separados por la cabeza, a la misma distancia del escolta. Uno, más afuera. El otro, trepando por el sector interno desde el fondo.
Seteado Joy, que ganó las dos carreras que corrió con las muserolas laterales, se acercó pronto a la punta, donde Silvido Fil (Filoso Emperor) marcaba el ritmo delante del favorito Top One City (Cityscape), pero en el derecho el único de ellos que resistió fue el ganador. Aunque no lejos, quedaron fuera de la zona de definición, lo que llamó la atención más en el caso del representante de Nuestras Hijas, que había protagonizado varios enfrentamientos con el ejemplar preparado por Bullrich. Ellos, de hecho, definieron la Polla de Potrillos (G1) de 2020, separados por el hocico. Esta vez los separaron tres cuerpos, con el preferido por la mayoría apenas delante de Never Pony (Most Improved).
Luego de intentar primero seguir el camino de la Triple Corona y luego hacerse fuerte en la media distancia y bajar el nivel al medirse con los mayores, en esta etapa de adulto Seteado Joy barajó y dio de vuelta para reinventarse y reconstruir su perfil. En este segundo éxito clásico, conseguido a menos de tres semanas de recuperar el paso ganador, está en el camino que prometía desde su muy buena campaña de 2 años.
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