SETEADO JOY el caballo de gran coraje
¿Casualidad o causalidad? Lo que fuere, lo cierto es que Seteado Joy (Fortify) se ganó el título de "el caballo de los homenajes" producto de las dos victorias jerárquicas consecutivas que el crédito de Triunvirato obtuvo en sus más recientes salidas y en cotejos que llevan el nombre de dos jockeys que dejaron su huella en el turf argentino y brasileño.
El pupilo de Roberto Mariano Bullrich venía de "homenajear" al "Rubio", uno de los jockeys más ganadores y queridos de la actividad, a ganar la carrera que llevó su nombre, el Clásico Jorge Valdivieso. Y en la tarde de este lunes sobre la misma pista, la de arena del Hipódromo de Palermo, el zaino realizó un reconocimiento que trascendió fronteras al ganar el Clásico Jorge Antonio Ricardo, carrera que premia la impresionante trayectoria del jinete brasileño más ganador del planeta, quien aún está vigente y sigue su campaña profesional en su país natal.
En esta oportunidad, Seteado Joy volvió a apelar a su coraje para darle forma a su quinta conquista y a la tercera de jerarquía de su campaña, y otra vez la conducción que le impartió su jockey, Fabricio Barroso, fue fundamental para que el criado por La Biznaga volviera a lo más alto del podio jerárquico.
Porque Barroso lo corrió de menor a mayor regulándole las energías, mientras que Equal Blacks (Equal Stripes) y Hunter Prince (Strategic Prince) le ponían intensidad a la primera parte del desarrollo. Y cuando enfilaron en la recta final lo esperó todo lo que aconsejaban las circunstancias.
Cuando lo creyó conveniente el jinete de confianza de "Coco" Bullrich hizo dominar a Seteado Joy, a la altura de los 300, y a partir de allí, tras sobrepasar la línea de Silvido Fil (Filoso Emperor) se encomendó al disco y, como de costumbre, ese último tramo no fue para nada relajado. Porque llovieron las atropelladas, con más fuerza las de Martell (Ilusor) y Despacito (Sabayon) y entonces el zaino doradillo debió apelar a su guapeza y al rigor de Barroso para frenarlos.
La definición creció en intensidad a medida que se acercaron al disco, y la arremetida final del caballo de Aladino obligó a izar la bandera verde para ponerle una cuota de suspenso al desenlace. Pero tras unos pocos minutos se bajó la chapa del 1, fue al tope la del 4 y se confirmó la segunda victoria consecutiva jerárquica de la temporada del nieto materno de Bernstein.
Está volviendo Seteado Joy a los primeros planos y para alegría de su entrenador y propietario. "Este caballo está volviendo del fondo del mar y eso no es fácil. En un momento le costaba ganar la condicional, pero con el trabajo que hicimos a la mañana junto con Fabricio pudimos recuperarlo. La ilusión de ahora en más es verlo nuevamente en la milla", comentó Bullrich sobre el ganador del Gran Premio Estrellas Juvenile (G1) de 2020.
Al igual que Seteado Joy, Barroso también homenajeó a sus colegas y esos triunfos tuvieron para él un condimento especial: "Es un honor primero haber homenajeado a un amigo como Jorge, que, además, fue quien me recomendó a Coco. Y esta vez a Ricardo, el jockey más ganador del planeta".
El pupilo de Roberto Mariano Bullrich venía de "homenajear" al "Rubio", uno de los jockeys más ganadores y queridos de la actividad, a ganar la carrera que llevó su nombre, el Clásico Jorge Valdivieso. Y en la tarde de este lunes sobre la misma pista, la de arena del Hipódromo de Palermo, el zaino realizó un reconocimiento que trascendió fronteras al ganar el Clásico Jorge Antonio Ricardo, carrera que premia la impresionante trayectoria del jinete brasileño más ganador del planeta, quien aún está vigente y sigue su campaña profesional en su país natal.
En esta oportunidad, Seteado Joy volvió a apelar a su coraje para darle forma a su quinta conquista y a la tercera de jerarquía de su campaña, y otra vez la conducción que le impartió su jockey, Fabricio Barroso, fue fundamental para que el criado por La Biznaga volviera a lo más alto del podio jerárquico.
Porque Barroso lo corrió de menor a mayor regulándole las energías, mientras que Equal Blacks (Equal Stripes) y Hunter Prince (Strategic Prince) le ponían intensidad a la primera parte del desarrollo. Y cuando enfilaron en la recta final lo esperó todo lo que aconsejaban las circunstancias.
Cuando lo creyó conveniente el jinete de confianza de "Coco" Bullrich hizo dominar a Seteado Joy, a la altura de los 300, y a partir de allí, tras sobrepasar la línea de Silvido Fil (Filoso Emperor) se encomendó al disco y, como de costumbre, ese último tramo no fue para nada relajado. Porque llovieron las atropelladas, con más fuerza las de Martell (Ilusor) y Despacito (Sabayon) y entonces el zaino doradillo debió apelar a su guapeza y al rigor de Barroso para frenarlos.
La definición creció en intensidad a medida que se acercaron al disco, y la arremetida final del caballo de Aladino obligó a izar la bandera verde para ponerle una cuota de suspenso al desenlace. Pero tras unos pocos minutos se bajó la chapa del 1, fue al tope la del 4 y se confirmó la segunda victoria consecutiva jerárquica de la temporada del nieto materno de Bernstein.
Está volviendo Seteado Joy a los primeros planos y para alegría de su entrenador y propietario. "Este caballo está volviendo del fondo del mar y eso no es fácil. En un momento le costaba ganar la condicional, pero con el trabajo que hicimos a la mañana junto con Fabricio pudimos recuperarlo. La ilusión de ahora en más es verlo nuevamente en la milla", comentó Bullrich sobre el ganador del Gran Premio Estrellas Juvenile (G1) de 2020.
Al igual que Seteado Joy, Barroso también homenajeó a sus colegas y esos triunfos tuvieron para él un condimento especial: "Es un honor primero haber homenajeado a un amigo como Jorge, que, además, fue quien me recomendó a Coco. Y esta vez a Ricardo, el jockey más ganador del planeta".
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