EXPRESSIVE SMART, de punta a punta
Un año y una semana transcurrieron para el regreso de Expressive Smart (Expressive Halo) a la pista de césped de San Isidro y en su trazado en diagonal fabricó la décima victoria de su campaña. El caballo del stud El Clan Corrientes dominó cada metro de los 1400 del Clásico Invasor (G3) para dar crédito a nuestro voto y ratificar su vigencia a los 7 años, dejando a dos cuerpos y medio en la pelea por el segundo lugar a Amiguito Lunático (Todo un Amiguito) y al potrillo Oppidum (Portal del Alto), separados en ese orden en el disco por media cabeza.
Fue, además, el regreso a la montura del alazán para Facundo Coria, el jinete con el que hizo los primeros pasos allá por 2017 y con el que 372 días atrás había sido tercero de Strategos (Zensational) en el Gran Premio Félix de Álzaga Unzué (G1), una cita en la que se probó tres veces. Sí, porque en su largo camino por las canchas de los tres hipódromos principales, el caballo que prepara el matrimonio conformado por María Fernanda Álvarez y Walter Suárez ha sido un velocista que, de a ratos, llevó sus ligerezas hasta la media distancia. Otra vez está en esa etapa, con triunfos en dos de sus últimas tres salidas.
Puntero desde la partida sin especular, Expressive Smart tuvo a Never Pony (Most Improved) como su perseguidor en el inicio. Sonny Bill (Portal del Alto), algo inquieto en su gatera, fue el relevo que se ubicó como escolta, abierto, antes de llegar al derecho, ejerciendo presión sobre el líder. Y en el tramo decisivo, mientras el puntero volaba adelante, Nacho Surge (Storm Surge) quedó sólo en el intento de tomar la posta en la persecución antes de retroceder al penúltimo puesto.
En cambio, Amiguito Lunático, que había largado lento y encontró los espacios desde los 600, empujó por adentro primero y se apartó un poco de los palos luego, pero para pelear por el placé ante la escalada desde el fondo de Oppidum. Esa lucha quedó a la sombra de la disparada triunfal de Expressive Smart, que utilizó la diagonal como tobogán a éxito.
Ahora son siete las conquistas en pruebas clásicas del ejemplar criado en el haras Firmamento, un abanico que va desde las consumadas en el kilómetro de Palermo hasta el Gran Premio Estrellas Mile (G1) en la arena del mismo escenario. Y en medio de ellas, festejos en 1200 metros en ambas pistas porteñas e incluso en las catorce cuadras del Bosque. Un todoterreno, sin dudas.
"Estoy muy contento porque me volvieron a confiar la monta, porque quienes lo venían corriendo no podían hacerlo. Las instrucciones eran que viniera siempre en su ritmo; si lo dejaban ir adelante, aprovechar eso, y si no, que lo pasaran corriendo. Abrieron las puertas y fue al frente, no lo salieron a pelear y cuando le pedí el resto se aguantó, se hizo fuerte. Es muy noble, un caballo con mucho corazón. Cuando lo dejan hacer en su ritmo aguanta las atropelladas", describió Coria, tras su quinto impacto clásico personal del año.
Un año y una semana transcurrieron para el regreso de Expressive Smart (Expressive Halo) a la pista de césped de San Isidro y en su trazado en diagonal fabricó la décima victoria de su campaña. El caballo del stud El Clan Corrientes dominó cada metro de los 1400 del Clásico Invasor (G3) para dar crédito a nuestro voto y ratificar su vigencia a los 7 años, dejando a dos cuerpos y medio en la pelea por el segundo lugar a Amiguito Lunático (Todo un Amiguito) y al potrillo Oppidum (Portal del Alto), separados en ese orden en el disco por media cabeza.
Fue, además, el regreso a la montura del alazán para Facundo Coria, el jinete con el que hizo los primeros pasos allá por 2017 y con el que 372 días atrás había sido tercero de Strategos (Zensational) en el Gran Premio Félix de Álzaga Unzué (G1), una cita en la que se probó tres veces. Sí, porque en su largo camino por las canchas de los tres hipódromos principales, el caballo que prepara el matrimonio conformado por María Fernanda Álvarez y Walter Suárez ha sido un velocista que, de a ratos, llevó sus ligerezas hasta la media distancia. Otra vez está en esa etapa, con triunfos en dos de sus últimas tres salidas.
Puntero desde la partida sin especular, Expressive Smart tuvo a Never Pony (Most Improved) como su perseguidor en el inicio. Sonny Bill (Portal del Alto), algo inquieto en su gatera, fue el relevo que se ubicó como escolta, abierto, antes de llegar al derecho, ejerciendo presión sobre el líder. Y en el tramo decisivo, mientras el puntero volaba adelante, Nacho Surge (Storm Surge) quedó sólo en el intento de tomar la posta en la persecución antes de retroceder al penúltimo puesto.
En cambio, Amiguito Lunático, que había largado lento y encontró los espacios desde los 600, empujó por adentro primero y se apartó un poco de los palos luego, pero para pelear por el placé ante la escalada desde el fondo de Oppidum. Esa lucha quedó a la sombra de la disparada triunfal de Expressive Smart, que utilizó la diagonal como tobogán a éxito.
Ahora son siete las conquistas en pruebas clásicas del ejemplar criado en el haras Firmamento, un abanico que va desde las consumadas en el kilómetro de Palermo hasta el Gran Premio Estrellas Mile (G1) en la arena del mismo escenario. Y en medio de ellas, festejos en 1200 metros en ambas pistas porteñas e incluso en las catorce cuadras del Bosque. Un todoterreno, sin dudas.
"Estoy muy contento porque me volvieron a confiar la monta, porque quienes lo venían corriendo no podían hacerlo. Las instrucciones eran que viniera siempre en su ritmo; si lo dejaban ir adelante, aprovechar eso, y si no, que lo pasaran corriendo. Abrieron las puertas y fue al frente, no lo salieron a pelear y cuando le pedí el resto se aguantó, se hizo fuerte. Es muy noble, un caballo con mucho corazón. Cuando lo dejan hacer en su ritmo aguanta las atropelladas", describió Coria, tras su quinto impacto clásico personal del año.
Fue, además, el regreso a la montura del alazán para Facundo Coria, el jinete con el que hizo los primeros pasos allá por 2017 y con el que 372 días atrás había sido tercero de Strategos (Zensational) en el Gran Premio Félix de Álzaga Unzué (G1), una cita en la que se probó tres veces. Sí, porque en su largo camino por las canchas de los tres hipódromos principales, el caballo que prepara el matrimonio conformado por María Fernanda Álvarez y Walter Suárez ha sido un velocista que, de a ratos, llevó sus ligerezas hasta la media distancia. Otra vez está en esa etapa, con triunfos en dos de sus últimas tres salidas.
Puntero desde la partida sin especular, Expressive Smart tuvo a Never Pony (Most Improved) como su perseguidor en el inicio. Sonny Bill (Portal del Alto), algo inquieto en su gatera, fue el relevo que se ubicó como escolta, abierto, antes de llegar al derecho, ejerciendo presión sobre el líder. Y en el tramo decisivo, mientras el puntero volaba adelante, Nacho Surge (Storm Surge) quedó sólo en el intento de tomar la posta en la persecución antes de retroceder al penúltimo puesto.
En cambio, Amiguito Lunático, que había largado lento y encontró los espacios desde los 600, empujó por adentro primero y se apartó un poco de los palos luego, pero para pelear por el placé ante la escalada desde el fondo de Oppidum. Esa lucha quedó a la sombra de la disparada triunfal de Expressive Smart, que utilizó la diagonal como tobogán a éxito.
Ahora son siete las conquistas en pruebas clásicas del ejemplar criado en el haras Firmamento, un abanico que va desde las consumadas en el kilómetro de Palermo hasta el Gran Premio Estrellas Mile (G1) en la arena del mismo escenario. Y en medio de ellas, festejos en 1200 metros en ambas pistas porteñas e incluso en las catorce cuadras del Bosque. Un todoterreno, sin dudas.
"Estoy muy contento porque me volvieron a confiar la monta, porque quienes lo venían corriendo no podían hacerlo. Las instrucciones eran que viniera siempre en su ritmo; si lo dejaban ir adelante, aprovechar eso, y si no, que lo pasaran corriendo. Abrieron las puertas y fue al frente, no lo salieron a pelear y cuando le pedí el resto se aguantó, se hizo fuerte. Es muy noble, un caballo con mucho corazón. Cuando lo dejan hacer en su ritmo aguanta las atropelladas", describió Coria, tras su quinto impacto clásico personal del año.
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