ZILLION STARS en final dramático
Un final dramático tuvo el Gran Premio Joaquín S. de Anchorena (G1-1600 metros), la prueba cumbre para los milleros en la pista de césped del Hipódromo de San Isidro. Zillion Stars (Cityscape), al que no le quedó más remedio que atropellar bien pegado a la baranda, superó por media cabeza a Hiper Happy (Cityscape), que atacó por fuera de él pero no pudo doblegarlo hasta después de cruzar el disco.
A los milleros que se habían destacado en Palermo les costó rendir del mismo modo en el césped y la carrera la definieron dos que solo habían conseguido victorias en este escenario. Parecía que llegaba el de La Providencia pero en el final prevaleció el tordillo que venía de correr por primera vez en el semestre y esa prueba lo dejó a punto para consagrarse en una de las carreras más difíciles para los especialistas en la media distancia, más que nada por la cantidad de competidores que fueron en pos de la gloria.
Wilson Moreyra esta vez no fue a buscar decididamente la punta como lo había hecho poco menos de un mes atrás en el Clásico Embrujo (L-1600 metros) en la que el criado por Phalaris SRL se impuso de bandera a bandera. Lo trajo quinto de entrada, enseguida se puso cuarto y recién fue a buscar la victoria en los albores de la recta, donde Master Soy (Master of Hounds) había desplazado de la punta a Montecelso (Easing Along). Pero le costó hallar el lugar para desatar su arremetida y enfiló hacia los palos. No le quedaba otra.
"Creo que la carrera la ganó el equipo antes de correrla. Jorge (Mayansky Neer) me deseó suerte y no me dio instrucciones, me dijo que lo corriera como me pareciera. Por eso, a diferencia de la última vez, lo dejé cuarto o quinto y en la recta cuando vi el hueco lo busqué de lleno y se dio", señaló el piloto del vencedor.
Al promediar el derecho ya estaba adelante, pero la amenaza venía por fuera. Nada menos que un hermano paterno, Hiper Happy, atacaba con fuerza, pero el tordillo no se amilanó. Remó y remó Moreyra hasta alcanzar el disco con media testa de ventaja sobre Hiper Happy, mientras en el tercer lugar quedaba Master Soy, otro de gran carrera, a medio cuerpo más. Todo en 1m32s62/100, gran registro para la milla.
"El año venía duro para mí, no podía ganar este tipo de carreras, pero por suerte me tocó y hay que disfrutarlo con los seres queridos", agregó Wilson, quine volvió a unirse en la victoria con Jorge Mayansky Neer, como en la grandes tardes de Roman Rosso (Roman Ruler).
Para Neer o el "Ruso" como todo el mundo lo conoce, la victoria también fue especial. El entrenador supo recuperar a un pingo que en mayo había corrido discretamente en el Gran Premio República Argentina (G1-2000 metros), en la arena palermitana, lo devolvió al pasto y a la media distancia y en estos últimos meses recogió los frutos de esa estrategia.
"Me asusté un poco en el final pero lo vi ganar siempre. Creo que tuvo algunas cositas en el desarrollo, sino ganaba por más distancia. Siempre es una emoción enorme ganar una carrera de este nivel. Estoy muy feliz, por mi familia y por mi equipo que siempre están", dijo el cuidador tras la competencia.
Fue un muy lindo triunfo el de Zillion Stars, digno de una jornada bárbara en el Hipódromo de San Isidro en la que acompañó el clima, la gente y la calidad de los pingos que le dieron brillo a cada gran premio. Ya suma cinco éxitos en el doble de salidas a la pista el hijo de Cityscape, de lucido 1-2. E irá por más dentro de una categoría que hoy no tiene dueño definido.
Che Capanga (Manipulator) finalizó quinto corriendo en el final, pero ya no es aquel líder del primer semestre. Y Bouquet Key (Key Deputy) no tuvo un desarrollo limpio y quedó algo más atrás, resignando el trono que actualmente no tiene un dueño definido, aunque por la imagen que dejó, Zillion Stars parece ser el principal candidato a heredarlo.
Un final dramático tuvo el Gran Premio Joaquín S. de Anchorena (G1-1600 metros), la prueba cumbre para los milleros en la pista de césped del Hipódromo de San Isidro. Zillion Stars (Cityscape), al que no le quedó más remedio que atropellar bien pegado a la baranda, superó por media cabeza a Hiper Happy (Cityscape), que atacó por fuera de él pero no pudo doblegarlo hasta después de cruzar el disco.
A los milleros que se habían destacado en Palermo les costó rendir del mismo modo en el césped y la carrera la definieron dos que solo habían conseguido victorias en este escenario. Parecía que llegaba el de La Providencia pero en el final prevaleció el tordillo que venía de correr por primera vez en el semestre y esa prueba lo dejó a punto para consagrarse en una de las carreras más difíciles para los especialistas en la media distancia, más que nada por la cantidad de competidores que fueron en pos de la gloria.
Wilson Moreyra esta vez no fue a buscar decididamente la punta como lo había hecho poco menos de un mes atrás en el Clásico Embrujo (L-1600 metros) en la que el criado por Phalaris SRL se impuso de bandera a bandera. Lo trajo quinto de entrada, enseguida se puso cuarto y recién fue a buscar la victoria en los albores de la recta, donde Master Soy (Master of Hounds) había desplazado de la punta a Montecelso (Easing Along). Pero le costó hallar el lugar para desatar su arremetida y enfiló hacia los palos. No le quedaba otra.
"Creo que la carrera la ganó el equipo antes de correrla. Jorge (Mayansky Neer) me deseó suerte y no me dio instrucciones, me dijo que lo corriera como me pareciera. Por eso, a diferencia de la última vez, lo dejé cuarto o quinto y en la recta cuando vi el hueco lo busqué de lleno y se dio", señaló el piloto del vencedor.
Al promediar el derecho ya estaba adelante, pero la amenaza venía por fuera. Nada menos que un hermano paterno, Hiper Happy, atacaba con fuerza, pero el tordillo no se amilanó. Remó y remó Moreyra hasta alcanzar el disco con media testa de ventaja sobre Hiper Happy, mientras en el tercer lugar quedaba Master Soy, otro de gran carrera, a medio cuerpo más. Todo en 1m32s62/100, gran registro para la milla.
"El año venía duro para mí, no podía ganar este tipo de carreras, pero por suerte me tocó y hay que disfrutarlo con los seres queridos", agregó Wilson, quine volvió a unirse en la victoria con Jorge Mayansky Neer, como en la grandes tardes de Roman Rosso (Roman Ruler).
Para Neer o el "Ruso" como todo el mundo lo conoce, la victoria también fue especial. El entrenador supo recuperar a un pingo que en mayo había corrido discretamente en el Gran Premio República Argentina (G1-2000 metros), en la arena palermitana, lo devolvió al pasto y a la media distancia y en estos últimos meses recogió los frutos de esa estrategia.
"Me asusté un poco en el final pero lo vi ganar siempre. Creo que tuvo algunas cositas en el desarrollo, sino ganaba por más distancia. Siempre es una emoción enorme ganar una carrera de este nivel. Estoy muy feliz, por mi familia y por mi equipo que siempre están", dijo el cuidador tras la competencia.
Fue un muy lindo triunfo el de Zillion Stars, digno de una jornada bárbara en el Hipódromo de San Isidro en la que acompañó el clima, la gente y la calidad de los pingos que le dieron brillo a cada gran premio. Ya suma cinco éxitos en el doble de salidas a la pista el hijo de Cityscape, de lucido 1-2. E irá por más dentro de una categoría que hoy no tiene dueño definido.
Che Capanga (Manipulator) finalizó quinto corriendo en el final, pero ya no es aquel líder del primer semestre. Y Bouquet Key (Key Deputy) no tuvo un desarrollo limpio y quedó algo más atrás, resignando el trono que actualmente no tiene un dueño definido, aunque por la imagen que dejó, Zillion Stars parece ser el principal candidato a heredarlo.
A los milleros que se habían destacado en Palermo les costó rendir del mismo modo en el césped y la carrera la definieron dos que solo habían conseguido victorias en este escenario. Parecía que llegaba el de La Providencia pero en el final prevaleció el tordillo que venía de correr por primera vez en el semestre y esa prueba lo dejó a punto para consagrarse en una de las carreras más difíciles para los especialistas en la media distancia, más que nada por la cantidad de competidores que fueron en pos de la gloria.
Wilson Moreyra esta vez no fue a buscar decididamente la punta como lo había hecho poco menos de un mes atrás en el Clásico Embrujo (L-1600 metros) en la que el criado por Phalaris SRL se impuso de bandera a bandera. Lo trajo quinto de entrada, enseguida se puso cuarto y recién fue a buscar la victoria en los albores de la recta, donde Master Soy (Master of Hounds) había desplazado de la punta a Montecelso (Easing Along). Pero le costó hallar el lugar para desatar su arremetida y enfiló hacia los palos. No le quedaba otra.
"Creo que la carrera la ganó el equipo antes de correrla. Jorge (Mayansky Neer) me deseó suerte y no me dio instrucciones, me dijo que lo corriera como me pareciera. Por eso, a diferencia de la última vez, lo dejé cuarto o quinto y en la recta cuando vi el hueco lo busqué de lleno y se dio", señaló el piloto del vencedor.
Al promediar el derecho ya estaba adelante, pero la amenaza venía por fuera. Nada menos que un hermano paterno, Hiper Happy, atacaba con fuerza, pero el tordillo no se amilanó. Remó y remó Moreyra hasta alcanzar el disco con media testa de ventaja sobre Hiper Happy, mientras en el tercer lugar quedaba Master Soy, otro de gran carrera, a medio cuerpo más. Todo en 1m32s62/100, gran registro para la milla.
"El año venía duro para mí, no podía ganar este tipo de carreras, pero por suerte me tocó y hay que disfrutarlo con los seres queridos", agregó Wilson, quine volvió a unirse en la victoria con Jorge Mayansky Neer, como en la grandes tardes de Roman Rosso (Roman Ruler).
Para Neer o el "Ruso" como todo el mundo lo conoce, la victoria también fue especial. El entrenador supo recuperar a un pingo que en mayo había corrido discretamente en el Gran Premio República Argentina (G1-2000 metros), en la arena palermitana, lo devolvió al pasto y a la media distancia y en estos últimos meses recogió los frutos de esa estrategia.
"Me asusté un poco en el final pero lo vi ganar siempre. Creo que tuvo algunas cositas en el desarrollo, sino ganaba por más distancia. Siempre es una emoción enorme ganar una carrera de este nivel. Estoy muy feliz, por mi familia y por mi equipo que siempre están", dijo el cuidador tras la competencia.
Fue un muy lindo triunfo el de Zillion Stars, digno de una jornada bárbara en el Hipódromo de San Isidro en la que acompañó el clima, la gente y la calidad de los pingos que le dieron brillo a cada gran premio. Ya suma cinco éxitos en el doble de salidas a la pista el hijo de Cityscape, de lucido 1-2. E irá por más dentro de una categoría que hoy no tiene dueño definido.
Che Capanga (Manipulator) finalizó quinto corriendo en el final, pero ya no es aquel líder del primer semestre. Y Bouquet Key (Key Deputy) no tuvo un desarrollo limpio y quedó algo más atrás, resignando el trono que actualmente no tiene un dueño definido, aunque por la imagen que dejó, Zillion Stars parece ser el principal candidato a heredarlo.
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