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viernes, 26 de junio de 2020

INTERNACIONAL

Coronavirus: podían ingresar hasta 100 trabajadores en un hipódromo de los Estados Unidos, pero 17 dieron positivo

Desde la reapertura el 15 de mayo, Santa Anita Park corrió los fines de semana, sin admitir espectadores

La temporada de carreras 2019/2020 en Santa Anita Park, uno de los hipódromos de California, quedó marcada por la pandemia del coronavirus. Primero, por la interrupción obligada que impuso el Departamento de Salud de Los Ángeles entre el 27 de marzo y el 14 de mayo, que dejó sin competencia a sus pistas casi un tercio del tiempo que estaba previsto mantenerlas abiertas durante el invierno y la primavera boreal. Y segundo, por la detección de 17 casos positivos en la última fecha, la del domingo último, poco más de un mes después de volver a correrse allí, sin espectadores.
La particularidad, como recrean la agencia AP y Los Angeles Times, es que se necesitan unas 100 personas para realizar una jornada de carreras, incluidos los jinetes, peones, entrenadores y personal de seguridad y de mantenimiento de las pistas. El resto no tenía permitido ingresar. El protocolo indicaba testeos previos y la toma de temperatura a cada uno de los que accedían a la jornada, más allá de que el entrenamiento y el cuidado de los caballos no se detuvo jamás, como en todo el mundo. Esa fecha final, de los que podían ser admitidos, casi una quinta parte no pudo ingresar a Santa Anita Park por presentar síntomas o dar positivo, lo que hace pensar en un rebrote de la enfermedad en la zona.
Hasta aquí, el escenario ubicado en Arcadia, no aparecía entre los lugares con cinco o más casos detectados. Ahora, su nombre se suma a la lista que incluye tiendas de alimentos, centros educativos, negocios minoristas y hasta el SoFi Stadium, la cancha de la NFL que está en construcción en Inglewood y registró 16 casos positivos y otras dos personas con síntomas, pero no confirmados aún sus resultados. Eso, con una cuarentena muy flexible, no debería llamar la atención en Estados Unidos, un país que superó los 2.440.000 infectados, los 123.000 fallecidos y tiene una tasa de letalidad superior al 5%. En California son 5515 los muertos.
Los detalles de quienes se contagian no suelen conocerse, por una ley de privacidad. Aidan Butler, director ejecutivo interino del Grupo Stronach en los hipódromos californianos, sostuvo, eso sí, que el número cuenta a las personas que sostienen que Santa Anita Park -el segundo complejo deportivo más importante del condado- es su lugar de trabajo y no sólo a los que viven en el predio, ya que allí se encuentran los establos con cientos de purasangres en actividad permanente, lo que involucra a algo más de 1000 personas a diario. Al sector, como marca el protocolo en todos los hipódromos del mundo, sólo ingresa el personal autorizado, en los horarios indicados, con tapabocas y rige el control de mantener una distancia social. Hasta los jockeys compiten con los barbijos puestos. En la última reunión de carreras allí se produjo el debut triunfal de Weston, la primera cría que corrió del padrillo Hit it a Bomb, que presta servicios en el haras Firmamento, en Sierra de los Padres, en las afuera de Mar del Plata.
"Solo había habido dos casos detectados (desde la reapertura), y era una pareja. No es que estas cosas comiencen en la pista, vienen de otro lado. Si bien siempre se puede hacer las cosas mejor, pensamos que nuestros protocolos de seguridad fueron muy efectivos y evitaron cualquier tipo de brote importante", aseguró Butler. Hubo un entrenador que dio positivo y dijo que se contagió de un miembro de su familia. También, un jinete fuera de la ciudad, pero "nunca les fue permitido ingresar", afirmó.
Tras la suspensión obligada, cuando el Departamento de Salud dio su aprobación para retomar la competencia, Santa Anita Park instaló habitaciones en el estacionamiento, donde permanecían los jockeys entre el jueves y el domingo. Con carreras sólo el fin de semana, todos eran testeados los miércoles, los resultados estaban disponibles el jueves y, tras la evaluación adicional, se les permitía correr mientras no abandonaran el predio.
En medio de la propagación del coronavirus, Florida, Arkansas y algunas ciudades más chicas mantuvieron sus pistas abiertas, sin espectadores, al igual que gran parte de Asia y Oceanía. Los hipódromos de Nueva York cerraron enseguida y volvieron a abrir el 3 de este mes, igualmente sin público, la misma medida que adoptaron en las ciudades de Europa que tenían el inicio demorado de su temporada, que mayormente evita el invierno.
En Sudamérica, Brasil nunca dejó de correr y en el último mes relanzaron sus carreras Uruguay, Ecuador, Venezuela, Chile -que debió volver atrás en Viña del Mar y siguió en Concepción- y se anunció que Perú retoma el primer fin de semana de julio. En la Argentina, hace 100 días se corrió por última vez y es uno de los pocos países del mundo donde no se compite. Incluso, Río Cuarto había programado su jornada de reapertura para este domingo con un guiño de las autoridades políticas, pero no logró tener la habilitación del Centro de Operaciones de Emergencias (COE) de la provincia de Córdoba, donde sí han reabierto shoppings.

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